miércoles, noviembre 28, 2012

¿Cuánto vale la jerarquía de transparencia?



Por: Rafael Hernández Bolívar
rhbolivar@gmail.com
El Ayuntamiento de Sabadell, un municipio español de la Provincia de Barcelona,  recibió el año pasado un reconocimiento destacadísimo de la ONG Transparencia Internacional. Nada menos que la valoración de ayuntamiento más trasparente de toda España. Así lo reseñaba: "Sabadell ha alcanzado el 100% de los indicadores de transparencia en todos los ámbitos analizados, y la primera posición entre los 110 principales ayuntamientos de España".

Un año después, integrantes de ese mismo ayuntamiento, incluido su alcalde, han sido imputados como responsables de una mafia de corrupción que incluía, entre otros actos delictivos, mordidas iniciales a contratistas por un monto mínimo de doce mil euros por operación, más un tres por ciento adicional sobre el valor final de las obras contratadas. Y no se trata de que sean funcionarios distintos correspondientes a gestiones diferentes. No. Son integrantes de la misma gestión premiada y celebrada con tanta solemnidad y respeto: Máximo valor de transparencia.

ONGs como Transparencia Internacional, o empresas de evaluación de riesgos, o instituciones relacionadas con los derechos humanos, se nos han venido revelando como un fraude: Instrumentos para avalar países o gestiones de acuerdo a los intereses de sus promotores.  Sus opiniones o estudios se convierten  en dictámenes inapelables para la descalificación de países en el plano internacional o para el apuntalamiento de aquellos gobiernos nacionales o municipales que respondan a los intereses o modelos de tales organizaciones.

Tenemos razones más que suficientes para rechazar sus informes –en su oportunidad Clodosbaldo Russián denunció esos informes como manipulados y exentos de metodología científica-.

El gobierno venezolano ha sido víctima preferida de esta ONG quien en sus calificaciones coloca a nuestro país en los niveles más alto de percepción de la corrupción, a la par que otorga las más altas calificaciones de transparencia a los gobiernos regionales en manos de la oposición.

El caso Sabadell demuestra que, cuando menos,  las opiniones de Transparencia Internacional y sus respectivos capítulos nacionales, no valen nada.

viernes, noviembre 23, 2012

Del país de los igualados al país de los iguales



Por: Rafael Hernández Bolívar

En la década de los ochenta, un amigo mexicano expresó, medio en serio, medio en broma: “A mí lo que me sorprende de este país es que todos ustedes son unos igualados”. Con ello se refería a que los venezolanos no estamos dispuestos a atribuirle superioridad alguna a nadie porque tenga más dinero, o mayor nivel de instrucción, o tenga un apellido de abolengo, o cualquier otra circunstancia diferenciadora o discriminatoria. Todo venezolano siente que nadie “es más que otro”.

Lo que le sorprendía era que tal sentimiento no correspondía a una situación objetiva: La realidad era que había diferencias visibles en el acceso a la educación, en la administración de justicia y, sobre todo, en la distribución de los ingresos. En resumen, valoraba la rebeldía de no aceptar una situación de hecho que negaba lo que establecía la Constitución Nacional: La igualdad de todos, sin espacios para la discriminación de ningún tipo., sea social, política, religiosa o económica.

Por supuesto, nuestro amigo mexicano desconocía las peculiares incidencias de nuestra historia que han dado origen a esa situación que contrasta mucho con otras sociedades latinoamericanas de más acentuada discriminación. No tenía presente, por ejemplo, el papel uniformador que cumplió lo que  algunos historiadores llaman “la rebelión popular de 1814” y las prácticas de José Tomás Boves, aun con su carga despiadada y cruel sobre los mantuanos de la época.
Hoy, aun con los avances innegables de la Revolución Bolivariana, estamos distantes de una sociedad de iguales no sólo ante la ley sino en el desempeño diario de la vida ciudadana. Pero, sin duda, medidas concretas tomadas en este proceso abren posibilidades de igualdad y capacitan  para el real ejercicio de todos los derechos. Cada vez somos menos igualados y más iguales.

martes, octubre 30, 2012

Efectos desiguales de la crisis



Por: Rafael Hernández Bolívar

Las crisis revelan aspectos que suelen pasarse por alto en condiciones normales. Por intención de los beneficiados o por descuido de los afectados, diferencias en la distribución de las cargas permanecen camufladas u ocultas hasta que el peso de las evidencias termina por hacer añicos la ilusión de armonía: Las grandes crisis del capitalismo tienen el efecto perverso de hacer más ricos a los ricos mientras provocan consecuencias contrarias entre la clase media y los más pobres.

En los últimos cinco años de crisis económica global, los países de la Comunidad Económica Europea registran en sus estadísticas una ampliación ostensible de la brecha que separa a ricos y pobres. Ni siquiera Alemania, la más sólida economía de la eurozona, escapa a este designio fatal. Del otro extremo, España -una de las economías peor paradas en la CEE- es, a su vez, el país que ha marcado la mayor distancia ricos-pobres y quien con mayor saña ha hecho recortes en salud, en educación y en cultura, con la inevitable consecuencia de acentuación de los males. A tal punto, que en la prensa española son frecuentes titulares como: “La clase media enfila la cuesta abajo”, “Los ricos, aun más ricos”, “Los contribuyentes financian bancos quebrados”, etc.

En Venezuela, los efectos de esa crisis global han sido diferentes: Se avanza hacia una distribución más igualitaria de los ingresos y se amplía la cobertura de la seguridad social. Programas sociales de gran alcance dirigidos a superar problemas de salud, vivienda, alimentación, educación, etc., vienen acortando diferencias e igualando oportunidades entre clases y sectores sociales.

Las políticas públicas -derivadas de una relación de compromiso con las mayorías o, por el contrario, con las minorías privilegiadas- son el fundamento de que la distribución de las cargas sea diferente entre los países. En Europa y EEUU toman la decisión de asumir la crisis defendiendo los intereses del gran capital. En Venezuela nos radicalizamos a favor de las grandes mayorías y del socialismo.

jueves, octubre 11, 2012

No pudieron... ¿No podrán?



Por: Rafael Hernández Bolívar

Hay poderosos y diversos motivos para la celebración entusiasta de la gran victoria popular del domingo: La alta participación refrendó los resultados electorales, sin espacio para la duda o la inquina de los opositores criollos o foráneos. La ratificación del socialismo y del liderazgo del Presidente Hugo Chávez Frías y, con ello, la firme decisión de integración latinoamericana y solidaridad con los pueblos; la defensa de un sistema de relaciones internacionales justo y respetuoso del derecho de las naciones; un claro partido por la conservación de los recursos del planeta y por la supervivencia de la humanidad. El impacto en la izquierda internacional que reivindica en nuestra victoria la factibilidad del socialismo democrático y participativo. La demostración de que el disenso y la resolución pacífica de las confrontaciones  en los procesos electorales son rutinas de la democracia socialista. La supremacía revolucionaria en prácticamente todo el territorio nacional. Etcétera.

Cualquiera de estos motivos justifica con creces nuestra alegría y satisfacción. Pero, hay que ir más allá de la evidente victoria. Por ejemplo, detenernos en el significativo crecimiento de la oposición. Pecaríamos de ingenuos si tal fenómeno se lo atribuyésemos exclusivamente al efecto de la poderosa maquinaria propagandística opositora y su capacidad de manipulación y engaño. En algunos casos, ese argumento está ampliamente justificado: Los venezolanos en el extranjero, subyugados por la gran prensa (veáse nada más las páginas de los grandes diarios españoles para que se sorprendan de la asqueante manipulación, lenguaje, distorsión y sesgo con que trata la información sobre Venezuela), entre otras razones importantes, se ha pronunciado a favor de la  opción neoliberal. Pero, también ocurre que muchos compatriotas que están en el país asumen esa visión y se supone que tenemos más posibilidades de informar y ganar para la opción mayoritaria del pueblo. Peor aún: Mucho del crecimiento opositor se ha dado en sectores populares.

Es entonces el momento de ver cuánto de nuestra responsabilidad en las políticas y ejecuciones del gobierno, del partido y de la conducta personal de sus dirigentes es la explicación de que después de catorce años de revolución no hayamos aumentado, -no en términos numéricos absolutos sino porcentuales-, el nivel de aceptación e identificación entre los venezolanos.

Revisar, evaluar, determinar y hacer los cambios necesarios son tareas urgentes. De lo contrario, podríamos terminar respondiendo afirmativamente la pregunta incluida en el título de este artículo.

rhbolivar@gmail.com

jueves, septiembre 06, 2012

Amuay era una fiesta



Por: Rafael Hernández Bolívar

El tono festivo con que el editorial de TalCual del 27 de agosto interpreta la tragedia de Amuay no deja dudas sobre el sentimiento de júbilo que embarga a los estrategas electoral es de la oposición. Utilizando un verso de una canción popular titula a toda página: Todo se derrumbó.

 Por si fuera poco, con intención evidente de provocar risa y regocijo, acude a expresiones como “pava ciriaca”, “maldición gitana”, “hasta el Guaire, un río medio pendejo, ha hecho de las suyas”, etc.  En fin, el editorialista estaba eufórico, desbordante, disfrutando de antemano la mágica conversión de calamidades en votos.

La terrible tragedia que acongoja a todo verdadero venezolano y a todo ser humano medianamente sensible, despertó, no obstante, alegría malsana en quien es capaz de regodearse con el sufrimiento ajeno. Sólo  veía lo que su “racionalidad” vislumbraba: Salgamos de Chávez, este desastre conducirá a la derrota del gobierno el próximo 7 de octubre.

Pero he aquí que una respuesta rápida y eficaz asumió y resolvió en apenas horas lo que pronosticaban como el apocalipsis. Las terribles pérdidas de seres humanos se restringieron a las provocadas por la explosión. Abnegados y valientes trabajadores domeñaron las llamas, limitaron los efectos del incendio, evitaron nuevas muertes y controlaron la temperatura de tanques y válvulas que devolvió tranquilidad y operatividad a la refinería.

Queda mucho trabajo pendiente todavía. Hay que determinar las causas del accidente y establecer las responsabilidades a las que hubiera lugar. Pero resultó clara la capacidad del gobierno para controlar y resolver la situación. Así como también quedó en evidencia el comportamiento nada piadoso de la oposición. Valga como ejemplo la perla antológica de cinismo que nos arrojó Evelyn de Rosales: “Les tengo una buena noticia: Explotó un tercer tanque...”.

Si la oposición se sigue anotando victorias como ésa, va ocurrir que en octubre no conseguirá ni quien les cuente  los votos.

viernes, agosto 24, 2012

“Fraude electrónico”



Por: RAFAEL HERNÁNDEZ BOLÍVAR

Siguiendo la estrategia de desprestigio trazada por la oposición contra el CNE, el diario El Nuevo País titula a todo lo ancho de su primera página “Fraude electrónico”. Las palabras y argumentos que utiliza son de Perogrullo, con poses de revelación: El fraude en las elecciones de octubre es fácil de realizar y fácil  de evitar. Anuncia que en sus páginas interiores el experto Carlos Peñaloza desvelará cómo el gobierno tiene previsto realizarlo y cómo la oposición puede evitarlo.

El artículo de Peñaloza –cuya experticia no se dice si es en fraude o en electrónica, aunque las inconsistencias e ignorancias brutales desplegadas en el artículo permiten concluir que en electrónica no es experto- apela a la autoridad como criterio de verdad: Las máquinas de votación no son confiables porque Steve Jobs, a quien califica de mago de la electrónica, estaba en contra de su uso.

Con tal introducción plantea, por ignorancia o perversión, dos tópicos falsos: a) Lo que todo el mundo le reconoce a Jobs no es su supuesta genialidad en electrónica sino su capacidad fuera de serie para el marketing y su habilidad para contratar buenos abogados. b) La posición de Jobs en relación a las máquinas de votación es política más que técnica, posición que arranca desde su época hippie cuando no votó en las elecciones de su tiempo de juventud.

Lo que sigue es una mezcolanza de palabras técnicas, presunciones ridículas, acusaciones a los técnicos de la oposición de no aplicar sus sencillas recetas electrónicas para evitar el “fraude” y remata con la estrambótica proposición de desconectar el cable submarino que comunica con Cuba y así evitar que una supuesta sala situacional ubicada en Rancho Boyero de La Habana modifique los datos de las máquinas de votación y coloquen a Chávez como ganador.

Por supuesto, despotrica contra todos aquellos –de la oposición, de la revolución o independientes- que “dicen a coro que con el permeable andamiaje electoral existente el fraude es imposible”.

¡Hay que ver cada cosa!

sábado, agosto 11, 2012

Parece que del caballo tampoco


Por: Rafael Hernández Bolívar

“Si hubiera podido elegir mi condición, habría elegido la de centauro.
Mi caballo... me obedecía como a su cerebro, no como a su amo.
Reemplazaba las mil nociones...  por el único conocimiento de mi peso exacto de hombre.
Participaba de mis impulsos; sabía exactamente, y quizá mejor que yo, el punto donde mi voluntad se divorciaba de mi fuerza.”
Margarite Yourcenar: Memorias de Adriano

Un atento e informado lector da otra versión de la anécdota de Prieto Figueroa que referí en mi artículo anterior, “Puede que sea descendiente del caballo”, lo que viene a revelar la autenticidad del acontecimiento narrado. (Ver: http://www.aporrea.org/oposicion/a147696.html).  Aunque básicamente iguales, hay, sin embargo, una diferencia que vale la pena destacar y, además, aprovechar la oportunidad para enmendar lo que hoy considero, a la luz de estos datos, una agresión a la bien labrada reputación del caballo.

Los hechos habrían ocurrido así: Desde una tarima colocada en la Plaza Sucre de Cumaná, Prieto daba un discurso: “Al llegar a la ciudad he observado con asombro pancartas que dicen ‘Piñerúa, hijo de Sucre’... y yo debo decirles que, de acuerdo a la documentación histórica, no puede ser descendiente del Mariscal Sucre el candidato Piñerúa y, dada su escasa inteligencia, de su caballo tampoco!!!”.

En esta segunda versión, como se ve, la opción de que fuese hijo del caballo de Sucre que admitía como posibilidad remota la primera versión, está, por las sólidas razones que esgrime el maestro Pietro, negada de plano. Y es precisamente ese matiz que introduce la segunda versión la que me hace evaluar como una desconsideración hacia el caballo la ligereza de atribuirle como descendientes personajes como Piñerúa o Capriles.

El caballo es noble animal. Su gracia al caminar, la fuerza de sus patas, sus ágiles movimientos lo han asociado los poetas a la libertad y a la audacia. Sus proezas están emparentadas con las más preciosas gestas redentoras y su briosa serenidad en los combates con la valentía. ¿Son, acaso, concebibles las extraordinarias hazañas de los bravos llaneros sin los lomos de los caballos en que fueron realizadas? ¡Cuántas veces sus hermosos pectorales fueron valladar protector para detener las balas o las lanzas de los enemigos de la libertad y la soberanía! ¡no en balde ocupa un lugar destacado en nuestro escudo patrio!

Sin duda, Prieto tenía muy claro esto. Hoy, tratando de encontrar alguna de estas virtudes del caballo en los afanes genealógicos de Piñerúa , ayer, y  de Capriles, en nuestros días, constato que tales virtudes no están presente en ningún grado en estos señores. Hay, pues,  que concluir con el gran maestro: ¡No son descendientes del prócer y de su caballo tampoco!

viernes, julio 27, 2012

Puede que sea descendiente del caballo



Por: Rafael Hernández Bolívar

Alguna vez escuché una anécdota atribuida a Luis Beltrán Prieto Figueroa, político y pedagogo de aguda inteligencia y desplantes de antología.

Lo que habría sucedido es que encontrándose éste de visita en Cumaná, a los pies de la estatua ecuestre con que la ciudad rinde homenaje al Gran Mariscal de Ayacucho, le preguntaron su opinión sobre el rumor que habían puesto a correr los adecos de que Luis Piñerúa Ordaz era descendiente del General Antonio José de Sucre.

Prieto, reflexivo, respondió: “No, no lo creo. Hasta donde tengo entendido, Teresita, la hija de Sucre, murió a los dos años de edad. Pero, además, aún creyendo en ese invento electoral, la ausencia de inteligencia de Piñerúa tampoco habla a favor de tal posibilidad porque, como todos saben, el vencedor de Ayacucho era un hombre de una inteligencia preclara...  –y agregó con su característico hablar cadencioso-  En ese caso, cuando de raciocinio se trata, hasta me atrevería a decir: ¡puede que sea descendiente del caballo!!!”

Para la época Piñerúa era el candidato de Acción Democrática y su candidatura no lograba prender entre el universo de votantes. Los asesores electorales habían agotados todos sus recursos imaginativos: Pitos, musiquitas, consignas sin contenido, etc. Sus costosos y enfebrecidos cerebros se esforzaban en vano: No había manera de ganar la voluntad popular. La maniobra de atribuirle una noble ascendencia al candidato tampoco brindó fruto alguno porque la ausencia de carisma, inteligencia e ideas no puede sustituirla ni el más espléndido árbol genealógico. Mucho menos cuando los supuestos herederos niegan con su acción y sus palabras los valores integracionistas, solidarios e ideales de justicia y soberanía que caracterizaron a los héroes.

Ahora que los asesores de Capriles  apelan a este socorrido ardid para intentar idéntico propósito, no puede uno menos que augurar los mismos catastróficos resultados electorales. Y concluir con la ingeniosa ocurrencia del sabio maestro: “Puede que sea descendiente del caballo”.

rhbolivar@gmail.com

martes, julio 10, 2012

CNE, nuestra apuesta por la democracia



Por: Rafael Hernández Bolívar

Las grandes victorias de la Revolución Bolivariana han sido victorias civiles: En los momentos clave del proceso, el pueblo participa de manera decisiva para inclinar la balanza hacia las transformaciones necesarias en la estructura política, jurídica y social del país. En el 98 acudió masivamente a los centros de votación para llevar a Chávez a la Presidencia de la República; en el golpe de Estado de 2002, las grandes mayorías estimularon, acompañaron y obtuvieron el apoyo de los mandos de avanzada de las fuerzas armadas, actuación fundamental para la restitución de la democracia y sus instituciones; durante el paro petrolero el comportamiento solidario, responsable y ejemplar de los sectores populares dio al traste con las ilusiones conspirativas de reaccionarios criollos y extranjeros.

Pero estas gestas extraordinarias a veces opacan logros civiles igualmente decisivos para la consolidación de la democracia y de la revolución. Logros estos que han permitido resolver conflictos políticos graves a través de mecanismos institucionales y pacíficos. En ese sentido, el CNE ha sido y es un baluarte insoslayable. Su actuación transparente, equilibrada y de absoluto respeto a la Constitución y las leyes ha ganado la confianza de la comunidad nacional e internacional, a pesar del injusto ataque de que es objeto por parte de la reacción.

Tenía razón Ortega y Gasset cuando afirmaba: “La salud de las democracias, cualquiera que sean su tipo y su grado, depende de un mísero detalle técnico: el procedimiento electoral, todo lo demás es secundario. Si el régimen de comicios es acertado, si se ajusta a la realidad, todo va bien; si no, aunque el resto marche óptimamente, todo va mal.”

Ante las acusaciones que hoy arroja la oposición contra instituciones como el CNE, intentando manchar su imagen y crear incertidumbres en función de un perverso plan de desconocimiento de los resultados electorales, el pueblo debe salir en defensa de la institución que ha dado solidez a la democracia y a la revolución.

lunes, junio 25, 2012

Miopía y rastacuerismo



Por: Rafael Hernández Bolívar

Con los días, los editoriales de TalCual se han venido tornando nauseabundos. Su afán de evaluar los hechos políticos no en función de su naturaleza y significado específicos sino de cómo queda el Presidente Chávez en el evento de que se trate, ha llevado a este periódico a posiciones desnaturalizadas en lo que se refiere a la democracia, al derecho y a la integración latinoamericana.
Ante el golpe de Estado en Paraguay ironiza con el fácil recurso de distorsionar la verdad y de atribuir a otros, pretensiones que sólo están en la pervertida cabeza del editorialista. Peor aún, entiende que sólo es digno de mencionar el hecho de que el usurpador –no le llama así, respetuosamente le trata de “presidente encargado” y “aguerrido”- es un enemigo acérrimo del Presidente Chávez y el artífice de las estrategias dilatorias en contra del ingreso de Venezuela al Mercosur. ¡Eso es lo importante!, proclama jubiloso. ¿Qué el fulano juicio político no respetó ni elementales derechos del debido proceso?  ¡Formalidades intrascendentes! ¿Qué los países latinoamericanos expresan su rechazo al golpe de Estado? ¡Bagatelas!
Lo importante es que ahora un enemigo de Chávez gobierna en Paraguay. El enemigo de mi enemigo, es mi amigo, pues. Aunque este nuevo amigo viole las instituciones democráticas, conspire contra el pueblo y sus intereses y sea “aguerrido” defensor de los planes del imperio para América Latina.
Venezuela fuera del Mercosur, ¿no perjudica a Venezuela y a la integración latinoamericana? La actuación impune de una oligarquía consolidada al amparo de la dictadura de Stroessner, en alianza con empresas trasnacionales de la agroindustria, quitando y poniendo presidentes de acuerdo a su conveniencia y en contra del pueblo, ¿es despliegue de tolerancia, democracia y derecho?
Ya como que no se trata de miopía y mezquindad. Parece más pertinente llamar las cosas por su nombre: Simple y rotunda estupidez al servicio de intereses anti-nacionales y anti-latinoamericanos.

lunes, junio 18, 2012

El deslenguado Capriles


Por Rafael Hernández Bolívar
rhbolivar@gmail.com

El candidato Capriles está dispuesto y colaborador. Y efectivamente hace lo que le ordenan sus asesores de imagen. Sonríe, trota, abraza y hasta dice palabras malsonantes. Lo que se persigue es proyectar simpatía, fortaleza, juventud, decisión, etc. Todo ello en un esfuerzo inútil por aumentar sus posibilidades de aceptación y de victoria. Pero la sonrisa congelada, el abrazo de compromiso y hasta las groserías destempladas, en su caso, se convierten en muecas y en una farsa.  

Ahora le han dicho que debe mostrarse agresivo y aprovechar sus intervenciones públicas para utilizar expresiones fuertes que trasmitan la agresividad y la decisión que no consigue con acciones, palabras e ideas. Por eso en Carabobo dice “Que arrecha es Venezuela que tiene iguanas así de grandes” y en el Zulia repite la expresión, ligeramente modificada: “Que iguanas tan arrechas tenemos en Venezuela”. Más recientemente dice en San Cristóbal: “A los tachirenses no los jode nadie”.

Pero, nada. La gente no se traga el cuento. Peor aún, termina viéndole con lástima y conmiseración. Una sensación de pena ajena circula entre quienes le escuchan y ven sus ridículos afanes, sus maniobras de contorsionista, sus poses de luchador con músculos de silicona.

En la Venezuela de hoy, la autenticidad es la primera virtud que se aprecia en un político. Resuelta positivamente esta primera cuestión; se pasa a evaluar sus ideas, sus actuaciones, sus responsabilidades, su trayectoria. Al final de esa evaluación, la gente le apoyará, le combatirá o le dará su respaldo a otro candidato. Si, al contrario, la primera apreciación es negativa; ya no habrá oídos ni atención alguna. No se pierde el tiempo en eso.

Ese es el drama de Capriles: No convence ni siquiera para ser tomado en cuenta. La gente concluye con el slogan del afiche: “Lo tuyo es puro teatro”...  pero del malo, del que no trasmite emociones  ni genera  empatía. En la representación uno no ve un personaje sino a un mal actor.

lunes, junio 11, 2012

Colgados de la brocha con Capriles


Por: Rafael Hernández Bolívar

Dentro de la heterogénea masa que apoya la candidatura de la oposición hay gente que, sinceramente, está convencida de que Capriles representa un futuro promisor para Venezuela. Son pocos; pero, sin duda, los hay. Piensan que, sin hacerle caso alguno a los datos de la realidad, ese futuro está a la vuelta de la esquina.
No hablemos ya de una opción de victoria negada por los sondeos y proyecciones estadísticas ni puntualicemos la exagerada diferencia en negativo que hay entre este candidato y la opción mayoritaria de profundización del socialismo representada por Hugo Chávez.  No evaluemos las capacidades excepcionales de hombre de Estado que necesitaría Capriles para asumir esa responsabilidad; pues, objetivamente , no hay indicios de que las tenga en ninguna proporción. Ni discutamos la pertinencia, la profundidad y la originalidad de ideas ¡qué tampoco!

Centrémonos en la posibilidad negada de que efectivamente sea presidente de Venezuela. En este caso, ¡si es verdad que la gata se subiría a la batea! Esta gente ilusionada por un país de ricos y pobres tomados de la mano; disfrutando de un crecimiento económico desbordado y creciente, impulsado por los impolutos capitales foráneos; descubriría con horror que le han sacado la escalera y sus manos están aferradas a una brocha.

Porque ya no hay manera de ocultar con palabras y propaganda la injusticia que significa una distribución desigual de los recursos y de las posibilidades. Porque no es posible pagar la inmensa deuda social que se tiene con los pobres de este país, sin afectar los intereses de los privilegiados y sin ponerle freno a la insaciable rapacidad de los grandes capitales. Porque no hay manera de salvar este planeta sin arrinconar el interés capitalista de obtener beneficios económicos aún al costo de la salud de las aguas, de la fertilidad de los suelos, de la pureza del aire y, sobre todo, de la existencia del hombre.

Menos aún cuando el candidato en cuestión es defensor del capitalismo, fuente y sostén de todos estos males.

miércoles, junio 06, 2012

El neoliberalismo en bancarrota


Por: Rafael  Hernández Bolívar

El neoliberalismo no levanta cabeza en ninguna parte. Sus fórmulas, otrora receta universal para las economías de los países, no pegan una y sólo acentúan los fracasos. Seis largos años de crisis sin que se vea luz de salida. Ni las guerras  han podido insuflarle un segundo aire a un capitalismo agonizante.  En otros momentos permitían mover la economía imperial y concentrar las preocupaciones de la gente en la angustia de la sobrevivencia física. Hoy no, todo falla.

Rajoy llega a la presidencia del gobierno español con el discurso de que la falta de confianza en un gobierno con ambigüedades socialistas –aunque de socialista sólo tenía el nombre- mantenía a los inversionistas alejados de la economía y que un gobierno como el suyo, frontalmente cuadrado con el gran capital, traería una lluvia torrencial de grandes inversiones. No sucedió así. Al revés, cuando el capital financiero percibió que la crisis tiende a prolongarse, sale en desbandada de la economía española. Para el primer trimestre del año se fugan noventa y siete mil millones de euros. Sólo en el mes de marzo se calcula que salieron sesenta y seis mil millones de euros. Y algo más sorprendente: El mayor porcentaje de ese capital fugado pertenece a los bancos españoles. Se descubre lo evidente. El capital no tiene patria.

Pero en Venezuela los trasnochados predicadores del sueño neoliberal  se aferran a tal fantasía. “Progreso”, “emprendedores”, “libre mercado”, “indicadores macroeconómicos”, “inversión extranjera”, etc., son las palabras que procuran ocultar la ausencia de un real programa de transformación profunda de la sociedad venezolana y resolución de los problemas de educación, salud, seguridad, alimentación, vivienda, empleo, etc. El programa de Capriles luce vacío. No tiene corazón de pueblo. Sólo expresiones  huecas, carentes de sentido y de credibilidad.

Se acabó el sueño neoliberal. No hay manera de atender a las grandes mayorías y a la sobrevivencia del planeta sin tocar los sagrados intereses del gran capital. No hay más opción: ¡socialismo o barbarie!

lunes, mayo 28, 2012

RCTV, fabricante de lágrimas



Por: Rafael Hernández Bolívar

Jorge Luis Borges, en su incomparable Historia universal de la infamia, hace un retrato de un bandido fabricante de lágrimas: "Yo lo vi a Lazarus Morell en el púlpito —anota el dueño de una casa de juego en Baton Rouge, Luisiana—, y escuché sus palabras edificantes y vi las lágrimas acudir a sus ojos. Yo sabía que era un adúltero, un ladrón de negros y un asesino en la faz del Señor, pero también mis ojos lloraron."

En la primera mitad del siglo XIX, John Murrell (el referente histórico de la narración de Borges), contaba sólo con su improvisado discurso para activar los resortes emocionales que dispararan las lágrimas de sus oyentes. Hoy, RCTV cuenta con numerosos y diversos recursos para el mismo fin. Sabe de la importancia de la iluminación, del enfoque de la cámara, de las imágenes en blanco y negro, del impacto de un escenario desolado, de la música in crescendo que acompaña la expectación de la primera lágrima, del manejo del silencio, de las tomas de primer plano de una mano temblorosa, de un pañuelo que enjuga las lágrimas, de una voz quebrada, etc., etc. La idea es centrar toda la atención en el drama personal de quien tenemos delante, sembrar la empatía que -esta es la gran trampa- despierte solidaridad con los dueños de RCTV, no con los trabajadores víctimas de estos empresarios irresponsables.

Y así como los cómplices del redentor Lazarus Morel robaban los caballos de los compungidos feligreses que escuchaban absortos las mágicas palabras del predicador Morell, hoy, Nelson Bustamante le arranca lágrimas a los ex trabajadores de RCTV para que los venezolanos no ocupen su atención en los verdaderos responsables: Quienes utilizaron un espacio público para el impulso de sus intereses económicos y políticos, violentando normas y principios, sacrificando la estabilidad de sus trabajadores. Quienes creando las condiciones para la no renovación de la concesión, pretenden salir indemnes de sus culpas y hacer responsables de las consecuencias  a quienes sólo han cumplido con su deber  de aplicar la ley.

sábado, mayo 19, 2012

¡Otra vez con los crespos hechos!



Por:  Rafael Hernández Bolívar

El titular impactante de primera página se quedó frío. El espacio reservado para ilustrarlo con una foto desgarradora, teñida de sangre y muerte, no apareció jamás. La noticia que recorrería el mundo dando la prueba fehaciente de un gobierno violador de los derechos humanos no llegó a las salas de redacción de la gran prensa. En su lugar, tuvieron que titular: Resuelta la situación de violencia. Incluso, los más renuentes, escribieron a regañadientes: “Conflicto en La Planta se resolvió parcialmente”.

En estos años, con algunos aciertos -y unos cuantos errores, es verdad-, se ha hecho un enorme esfuerzo por resolver el problema carcelario en Venezuela.  Y entre los aciertos hay uno indudable: Tener una visión integral del delito y del delincuente. Entender que éste, además de ser una persona que cometió un delito y debe pagar la pena que le han impuesto los tribunales, es un ser humano concreto producto de un sistema básicamente injusto que generó las circunstancias que lo hicieron delincuente,  lo procesó diferencialmente de acuerdo a sus recursos, le niega posibilidades de cumplir dignamente su castigo y rehacer su vida en términos de provecho para la sociedad y para sí mismo.

Visión que se ha hecho tangible en el manejo del conflicto. El gobierno ha mantenido firmeza en los objetivos y flexibilidad en las tácticas para lograrlos.  Aún al costo político de una ciudad colapsada, llena de zozobra e incomodidades. Hizo lo que tenía que hacer: Resolver el conflicto con un escrupuloso respeto a los derechos humanos.

La Ministro Iris Valera ha dado muestras de serenidad, coraje y entrega, ante una situación tensa y a punto de estallar. Asumió sus responsabilidades en la primera línea. Tomó cada decisión en un clima de reproches injustos e incomprensiones enfermizas de una oposición deseosa de quitarle la cabeza. Atendió las comprensibles angustias de los familiares de los privados de libertad, rechazó las exigencias descabelladas de cabecillas mafiosos y disuadió con el fruto de su trabajo la preocupación expectante de la población. Para orgullo de todos, Iris Valera se creció ante las dificultades.

Una vez más la canalla mediática ha tenido que guardarse la lengua. Los zamuros volaron en  círculos, inútilmente.

miércoles, mayo 09, 2012

Capriles Rajoy



Por: Rafael Hernández Bolívar

Los españoles están que se halan los pelos. Han sido engañados de una manera vil. Rajoy está haciendo todo lo que había prometido que no iba a hacer. Y para colmo tiene el descaro de decir: “si tengo que hacerlo, lo haré. Así haya dicho que no lo haría”.

En la campaña electoral se ocultó en frases ambiguas. Sólo generalidades. Cuando lograban arrinconarle; entonces, decía que no tocaría las partidas presupuestarias para educación, seguridad social y pensiones; que no aceptaría bancos malos en España y, en consecuencia, no tomaría dinero público para auxiliarlos; que no subiría el IVA ni implementaría el copago en la salud, etc. Pues bien, ahora hace lo contrario. Ha hecho recortes brutales a educación, ciencia y seguridad social. Los jubilados tienen ahora que pagar parte de sus medicinas. Toma ya iniciativas concretas para subir impuestos, rescatar la banca y salvaguardar los sagrados intereses del gran capital.

En Venezuela, pero con peor suerte; Capriles quiere aplicarnos la misma receta. Así como Rajoy ocultaba sus intenciones en la palabra “confianza” (España lo que necesita es confianza: para los inversores, para la juventud y para el futuro), Capriles quiere obnubilarnos con la palabra “progreso” (capital extranjero generando “progreso”,  emprendedores generando progreso). Al igual que el otro, no dice ni pío de su verdadero programa. Cuando las circunstancias lo obligan, habla de la necesidad de conservar las misiones, los programas de vivienda, el esfuerzo en educación y vuelve a las palabras burladero: Democracia, libertad, derecho.

Digo con peor suerte para Capriles porque los venezolanos hemos aprendido a descubrir las intenciones en las promesas. Y no podemos esperar nada de quien en su actuación política se ha identificado con los intereses contrarios a la mayoría del pueblo, intereses fusionados entre criollos y foráneos.

Aunque resulte cruel, vale la pena recordarles a los españoles el refrán: “¡Quien no usa la cabeza para pensar, usa el lomo para recibir...”.

miércoles, mayo 02, 2012

Revolcaron a Vargas Llosa



Por: Rafael Hernández Bolívar

Tarde o temprano, alguien de su propio cotarro tenía que desnudar el conjunto de sandeces e incoherencias que configuran el pretendido discurso democrático de Vargas Llosa. No ha necesitado la expresión cruda e inocente: El Rey está desnudo. Pero Gilles Lipovetsky lo ha hecho con elegancia sin par y despiadada ironía.

Mario Vargas Llosa ha devenido en improvisado filósofo de la cultura. La tesis elitista y peregrina que postula sólo puede augurarle nuevas derrotas en el plano de las ideas. En este nuevo rol, sostiene que “sólo el desarrollo de la alta cultura es el antídoto contra los totalitarismos”. Por eso convoca a los intelectuales a un papel activo en la defensa de la democracia, según él, amenazada hoy por el resurgimiento del movimiento revolucionario ante la crisis actual del capitalismo. Los representantes de la alta cultura –reclamando para sí el papel de sumo sacerdote- deben dar la gran batalla.

Todo esto dicho en ocasión de presentar su libro La civilización del espectáculo. Lipovetsky, filósofo francés que ha investigado sobre la cultura contemporánea e invitado de lujo para el evento,  no pudo, sin embargo, aguantarse. En una sola oración pulverizó la perorata vargasllosiana: La alta cultura no pudo impedir el nazismo.

Vargas Llosa lamenta el poco peso que tiene la alta cultura en nuestros días. Lipovesky riposta: “”La cultura de masas ha liberado al individuo de los megadiscursos. Los ciudadanos no siguen los dictados de las autoridades como antes, buscan el placer y el hedonsimo cultural, que los hace más felices”.

Por su parte, Vargas Llosa insiste en la literatura como fuente para la libertad. Testimonia que él descubrió la política leyendo al Ulisesde Joyce. De nuevo Lipovetsky, implacable, señala;  “Se puede vivir una vida perfectamente digna sin leer el Ulises”. Habla de las condiciones concretas de existencia del lector y reivindica la educación del pueblo por encima de los nombres de la alta cultura.

Un comentarista anónimo dice que el pecado es creer que Vargas Llosa habla de alta cultura cuando en realidad se refiere al asunto en que es experto: Alta costura y jet set.


lunes, abril 23, 2012

¿Cuánto vale la palabra de la MUD?



Por: Rafael Hernández Bolívar

Esta insistencia en que la MUD  se comprometa públicamente a respetar los resultados del proceso electoral del 7 de octubre luce un tanto absurda y hasta ridícula. En realidad corremos el riesgo de que hagan tal compromiso y eso sería peor. Es valorar en demasía su palabra. Es como si nos bastase con su promesa para dormir tranquilos.

La historia demuestra que ese tipo de promesas no tiene ningún valor. ¿No es suficientemente conocido que Rómulo Betancourt dijo en un mitin en el Nuevo Circo, celebrado el 17 de octubre de 1945, que jamás participaría en una conspiración entre gallos y medianoche para derrocar al gobierno de  Medina cuando para ese momento ya estaba comprometido con el golpe del día siguiente? ¿No recuerdan a italianos y alemanes firmando el acuerdo de no intervención en la Guerra Civil española mientras hacían un puente aéreo para apoyar las fuerzas de Franco? ¿Se les olvidó que muchos de los dirigentes actuales de la oposición son los mismos que participaron en las acciones conspirativas de abril de 2002? Es como dormir con puertas y ventanas abiertas porque un ladrón recién salido de la cárcel nos promete que no lo volverá a hacer.

La oposición está consciente de la situación ventajosa en que está colocada con esa exigencia. Con ella adquiere valor su palabra ante la opinión pública y por eso administra su silencio para potenciar la ventaja. Al final, cuando diga que respetará los resultados  –otra cosa es que cumpla la palabra comprometida- cosechará el fruto de una palabra esperada y valorada en exceso.

Lo que si tiene sentido es que desde las fuerzas de la Revolución se tomen las previsiones para que la oposición respete los resultados electorales, independientemente de los deseos o la voluntad de esa oposición. Y la primera previsión es trabajar duramente para conseguir la mayor movilización de sus fuerzas que conduzcan a una victoria aplastante, sin asomo de dudas para nadie.

rhbolivar@gmail.com

jueves, abril 19, 2012

Aponte Aponte, vocero autorizado de la oposición



Por: Rafael Hernández Bolívar

El caso de Eladio Aponte Aponte es emblemático del comportamiento político de una oposición sin rumbo ni sindéresis. En su afán de buscar trincheras, desde donde disparar a la Revolución y al Gobierno Bolivariano, establece alianzas vergonzosas y asume reverencialmente las acusaciones de delincuentes. Henrique Capriles y Pablo Pérez salen a la palestra pública otorgándole la credibilidad que no da su historial delictivo. El primero aboga porque se difundan las sacrosantas palabras del acusado. Y Pablo Pérez se apura a decir que el prófugo se exilia porque no cree en el poder judicial venezolano. Vale decir: No es culpable. Al periódico TalCual le da vergüenza que un señor con tal nivel intelectual y tal conducta haya pertenecido al máximo tribunal del país; pero, no tiene prurito alguno en creerle cuanto diga en contra del gobierno y de la justicia venezolana.

Desde por lo menos el año 2006 figuras de peso de la Revolución Venezolana hacen denuncia pública de la conducta venal y contraria a la ley de Aponte Aponte. Introducen denuncias y peticiones de expulsión del sistema judicial venezolano. Funcionarios del gobierno nacional impulsan y realizan investigaciones que establecen los indicios y los hechos que determinan su responsabilidad y lo someten a juicio. Por iniciativa del sector oficial se solicita y se realiza su destitución por la Asamblea Nacional. El personaje emprende la huida con la colaboración de la DEA, tal como lo ha demostrado con pelos y señales el Ministro de Interior y Justicia, Tareck El Aissami. La derecha nacional e internacional pone a disposición todo el arsenal mediático para recoger y difundir sus declaraciones desde Miami.

Parece que la condición básica para convertirse en un portavoz válido de la oposición venezolana es la condición de delincuente. Basta con que se inicie una investigación sobre un personaje prominente, que se activen los mecanismos institucionales de investigación para determinar la responsabilidad de dicho personaje y se tomen las primeras medidas en función de su castigo. De inmediato, los representantes de la oposición asumen su defensa y revisten de respetabilidad y “autoridad moral” las palabras del acusado.

Pero del otro lado, tenemos consistencia y autoridad moral en el combate a la corrupción. Valga un ejemplo: Ana Elisa Osorio. La hemos visto del lado de la razón, de la justicia y de la Revolución en momentos claves de nuestra historia reciente. Su posición clara, valiente y profundamente comprometida con la Revolución en los días de abril de 2002 no admitía dudas de ningún tipo: “¡Esto es un golpe de Estado y hay que informarlo al mundo!”, resonó en los oídos de los venezolanos con el peso de una acusación rotunda.

En febrero de 2007 realizó una protesta frente al Tribunal Supremo de Justicia. Se trataba de denunciar al Juez Aponte Aponte por corrupto y exigir su destitución. “Corrupto=Traidor”, decía premonitoriamente una pancarta. “Fuera Aponte Aponte del TSJ”, apuntaba otra. Había entre los presentes gente que vino desde Ciudad Guayana exigiendo justicia. Se entregaría un documento que sustentaba la denuncia y la petición. Acudí a la protesta y allí Ana Elisa Osorio, a través de un megáfono hizo una denuncia pormenorizada del comportamiento judicial y los actos de corrupción en los cuales había incurrido el mencionado juez. Ilícitos que no sólo justificaban su expulsión del alto tribunal de justicia sino de todo el sistema judicial venezolano.

Hoy, cuando veo en la prensa opositora tomando como verdad las palabras de un juez acusado de estar relacionado con el narcotráfico y pretendiendo acusar a funcionarios del gobierno y dirigentes de la revolución, viene a mi memoria ese evento que testimonia posición moral oportuna. Sin duda, en un estado liberal burgués que agoniza, hay todavía mecanismos y vacíos que permiten que sujetos de esta catadura moral se cuelen y hagan de las suyas. Pero también resulta alentador constatar que se están activando los medios para detectarlos y juzgarlos como ocurre en este caso.

jueves, abril 12, 2012

Obama contra Capriles



Por: Rafael Hernández Bolívar

No me defiendas, compadre. No me atribuyas virtudes que no tengo. No muestres el tramojo. Tampoco menciones la soga en la casa del ahorcado. ¡Cómo se te ocurre venderme como demócrata, respetuoso de la voluntad de la mayoría del pueblo, cuando los sucesos de abril de 2002 aún están frescos en la memoria de la gente y circulan todavía fotos y videos  que me muestran cometiendo tropelías y asaltando embajadas!

Todas estas ideas debieron cruzar el atormentado cerebro de Capriles Radonsky cuando escuchó las palabras de Obama. Queriendo apuntalar a su candidato para las elecciones de octubre, Obama ha dicho: “Queremos ver elecciones en las cuales la voluntad de los venezolanos sea respetada”.

Y, en realidad, no hay mejores palabras para caracterizar por contraste el comportamiento político del candidato de la oposición. Incluso pudo haberle puesto apellido y decir: “Sueño con elecciones en las que Capriles Radonsky respete la voluntad de los venezolanos”. Porque el historial del candidato lo que reseña es la negación de la voluntad popular. Cuando marchó exigiendo que Chávez abandonara el poder, ¿no estaba diciendo que le importaba un comino que hubiese sido elegido mayoritariamente por el pueblo? Cuando en abril del 2002 participó y dirigió acciones planificadas por los conspiradores para derrocar al gobierno legítimamente constituido, ¿no estaba recurriendo al uso de la fuerza y no al voto para alcanzar el poder para él y para los suyos?

Peor aún, pasados diez años de los acontecimientos, en lugar de repudiarlos y asumir autocríticamente sus responsabilidades, nos amenaza con la consigna “a todo 13 de abril le toca su 7 de octubre”.  Es decir, que si el 13 abril se restituyó la constitucionalidad, la democracia y la voluntad del pueblo, ¿debemos esperar que para el 7 de octubre Capriles Radonsky nos tiene un plan que reivindicará los valores contrarios: Inconstitucionalidad, negación de la democracia y desconocimiento de la voluntad popular?

La oposición estará en este momento pasando angustias para maquillar el chasco.

jueves, marzo 08, 2012

A confesión de partes...



Por: Rafael Hernández Bolívar

Lo ha dicho el gobernador de Carabobo: Tenemos candidato; pero, no tenemos propuestas ni discurso.  “Sin propuestas no se pueden ganar las elecciones presidenciales… hay que hablarle al país”.

Detengámonos en lo que resulta evidente. El candidato de la MUD no tiene discurso. No sólo porque no tiene la capacidad para comunicarse con las grandes mayorías sino que, lo más grave, no tiene nada significativo que decirle sobre sus problemas y su futuro.  Todos los afanes de las primarias para construirle un mensaje propio, atractivo, estimulante, etc. han resultado nulos. De nada sirvió que cada precandidato representara el papel de gafo o radical, según el caso, para que Capriles Radonski se luciera en contraste como “demócrata”, “respetuoso” de la institucionalidad o simplemente como político racional y equilibrado.

Un precandidato despotricaba contra las misiones; otro prometía meter preso a Chávez y sus ministros; el de más allá proponía una constituyente; otra decía que las tierras o las fábricas – recuperadas por el gobierno para la siembra y la producción- las entregaría a sus antiguos explotadores. De inmediato, –no porque lo pensara sinceramente sino porque le aconsejaban que era lo más conveniente políticamente- Capriles acentuaba que había que conservar las cosas buenas de las misiones; que ni loco convocaría una constituyente porque traería ingobernabilidad para el país y que si alguien debía ser investigado y sancionado sería en el marco de la institucionalidad, descartando todo juicio a priori.

Pero, nada. El cuento no se lo traga la gente. Las mayorías están convencidas de que ese traje de corderito no logra arropar al asaltante de embajadas y representante del capital. Por eso la desesperación de Salas Feo. ¡Hace falta discurso! Pero, es inútil la búsqueda.  Es inútil buscar donde no hay.

viernes, marzo 02, 2012

Progreso suele ser una mala palabra



Por: Rafael Hernández Bolívar

Decir que progreso es una palabra ambigua y de significación relativa es decir poco. No resulta claro definirla y sus interpretaciones son disímiles. Más aún, cuando se asume consensualmente un núcleo básico de significación, termina teniendo connotaciones diferentes entre quien lo disfruta y quien sufre o paga ese progreso.

Por eso parece conveniente asumirlo como lo que es: Un ardid publicitario para vender la ilusión de que las sociedades avanzan desde niveles inferiores de convivencia y bienestar hacia sociedades de problemas básicos resueltos, mayores recursos y, una vez más, mayor bienestar.  De esta manera se termina asociando a esta palabra la eficacia y la eficiencia para resolver situaciones que redundarían en beneficio para todos cuando la verdad es que ese bienestar se reparte de manera desigual.

Sin embargo, ocultan la otra cara: El progreso tiene un costo económico, social, humano, ambiental. Sus dimensiones y consecuencias son asumidas por la sociedad en su conjunto. Con el dinero necesario para la construcción de hospitales, escuelas, universidades, fábricas, producción alimentaria, seguridad, etc., se construyen amplias autopistas por las cuales circularan miles de vehículos contaminantes tripulados por pasajeros solitarios mientras las grandes masas de trabajadores se atapuzan en camionetas y autobuses.

Pretenden que la solución arrope al problema. La gente olvida que de lo que se trata es de resolver la necesidad de ir de un lugar a otro en las mejores condiciones de confort, tiempo y seguridad para todos y el hecho que algunas pocas personas puedan ir a sus anchas, con aire acondicionado, buena música y comodidad no compensa el sacrificio del resto de la sociedad ni la asfixia del planeta.

Progreso es la pretensión del vendedor que quiere enriquecerse vendiéndonos la idea de una casa bonita y confortable; pero, ocultándonos deliberadamente que su techo es cancerígeno y sus bases se irán con cualquier estremecimiento.

El vendedor es Radonsky.

jueves, febrero 23, 2012

Extrañas maneras de sacar cuentas



Por: Rafael Hernández Bolívar

A la oposición  las estadísticas no se le dan bien.  No son su fuerte.  Por más que expriman los datos no pueden arribar a conclusiones y proyecciones consistentes. No hay manera que cuajen sus anhelos y se premien sus desvelos.  Las interpretaciones maniqueas siempre arrojan una mayoría a su favor y los números, por más que evidencien lo contrario, le conduce a la convicción de que las fuerzas revolucionarias gobernantes aparecen disminuidas y en desbandadas.  En fin, cada loco con su tema.

Cada precandidato manejaba sus cifras y concluía que el triunfo, su triunfo, era indisputable. María Machado, partiendo de una supuesta mayoría del pueblo a favor del capitalismo, pensaba que siendo ella la más frontal defensora de ese sistema, lógico le votarían masivamente. Graterón, en Chacao, decía que su gestión era aprobada por el 80% de los ciudadanos, lo que a su juicio significaba el 80% de los votos. Ambos salieron con las tablas en la cabeza. Machado obtuvo menos del 1% del registro electoral nacional, menos de la mitad de los votos que obtuvo como diputada. Y Graterón convirtió la urna electoral en sepultura política.

A partir de la participación obtenida en las primarias –volumen que no le consta a nadie- saca proyecciones insólitas y descabelladas. Resultó patético Capriles diciendo: “Si cada votante busca dos votos para mi candidatura, obtendríamos nueve millones de votos en octubre…” ¿?!!!  ¿De dónde van a salir esos dos votantes? La verdad es que el universo que tienen para crecer es limitado. Siendo optimistas y aceptando como válida la cuestionada cifra de participación, lo más que llegarían a alcanzar sería su propio techo: cinco millones de votantes. Aun suponiendo de manera infundada que Chávez no crezca, ¿de dónde sacarán los otros dos millones que les faltarían para igualarlo?

Inevitable recordar la empresa gringa que con la promesa de convertir a incautos en millonarios les decía que colocando sus productos entre sus amistades muy pronto tendrían enormes ingresos. Pronto descubrieron que sus amistades también caían en el juego, terminando todos con grandes provisiones de los mismos productos, para beneplácito de un solo beneficiario: La empresa.

lunes, febrero 20, 2012

No se lo digas a nadie


Por: Rafael Hernández Bolívar

Cuando Julio Borges habló de que la oposición para poder crecer tenía que enamorar a los chavistas, entendí tal afirmación como una metáfora. Se trataría de mostrar a la gran mayoría del pueblo las virtudes y los atractivos que ellos creen forman parte de su pensamiento y su actuación política. Nunca imaginé que la recomendación la hacía y se la tomaban con la seriedad de un plan. Aunque asumiera en la práctica la forma menos santa del enamoramiento: La seducción.

Es decir, no es la expresión transparente de los afectos, de las virtudes y de los defectos. Ni tampoco la declaración sin medias tintas de las ideas y los principios. Nada que ver. Se trata de seducir, de encandilar, de distraer la atención sobre asuntos que desvíen la mirada de cuestiones medulares e importantes.  La táctica es ocultar las verdaderas intenciones, exaltar virtudes inexistentes, engañar. El estilo donjuanesco desplegando sus maniobras sobre las obnubiladas doncellas: “obrar peor, con mejor fortuna”.

El primer paso es lograr la complicidad de la víctima y hacerla partícipe de sus tropelías fuera de la vista pública. “No se lo digas a nadie. Esto es entre tú y yo”. No es un amor casto y auténtico que se proclama con dignidad a los cuatro vientos. No. Es un amor bastardo que requiere de la obscuridad, de las palabras en voz baja, de los papeles cifrados, etc. Para decirlo con Aquiles Nazoa en la seducción de Eva:

“No le hagas caso, mujer,
Si quieres comer manzanas
No te quedes con las ganas
Que nadie lo va a saber”
La oposición no fomenta la valentía ciudadana: Yo, ciudadano de este país, de manera clara y firme expreso mi opinión. La oposición fomenta la cobardía: Yo, que tengo una opinión sobre lo que ocurre en mi país, la expreso de manera anónima. ¿Puede ganar confianza entre el pueblo una corriente política que lo primero que le pide es que no asuma la responsabilidad de lo que piensa? A diferencia del amor, la política siempre debe ser  pública.
Aunque a decir verdad las posiciones políticas que asumen estos sectores no son precisamente para exhibirse. No es para sentirse orgullosos ser defensor de los explotadores. Ni resulta exultante mostrarse descaradamente partidario de los intereses del imperio. Se requiere, entonces, de la simulación. Ocurre lo que algún religioso llamaría la conciencia del pecado: Saben que están obrando mal y conviene mantenerse alejados de la luz.
En el caso de los cuadernos de votación, utilizados en la consulta electoral para escoger candidatos, esta conducta resulta obvia.  La oposición necesita mantener el miedo. Crea fantasmas para aterrorizar a sus partidarios. Y explotando el terror, refuerzan su liderazgo e influencia. Dicen: “El gobierno perseguirá a quienes voten en las primarias de la MUD… Pero, no se preocupe, usted está seguro. Nosotros ocultaremos su identidad. Nosotros destruiremos los cuadernos de votación”.
Como el comportamiento de las instituciones del Estado ha sido ejemplar, respetuoso y colaborador, hay que concluir que esa conducta de la MUD tiene otras intenciones. No están protegiendo la identidad de quienes votaron: Están ocultando toda traza que permita establecer el número real de votantes, toda huella que permita dilucidar si en el proceso hubo irregularidades, todo elemento que pueda conducir a la protesta de algún competidor defraudado o estafado.  ¿Y el elector? Responden: “No se preocupe. Nosotros lo defendemos. Nosotros pensamos por usted. Nosotros comprendemos sus temores y le defenderemos. Nosotros decidimos por usted”.

jueves, febrero 09, 2012

Este domingo hay que llamar a María


Por: Rafael Hernández Bolívar

Hace algunos años leí o escuché -no recuerdo dónde ni a quién- una versión sobre el origen de la frase “¡Hay que llamar a María!”. No la religiosa que asocia esta expresión a la Madre de Jesús, invocada en momentos de dificultad extrema. La versión a la que me refiero, aunque pueda sonar irreverente es, sin embargo, divertida.

Todo comenzó cuando Juan presentó un examen para optar por un puesto de operador de vías en una empresa ferrocarrilera. En un momento de la prueba le preguntaron:

-¿Qué haría usted en caso de que dos trenes, desde direcciones contrarias, se dirigen a gran velocidad a un punto de intersección de vías?

-Cambiaría las vías para evitar la colisión y advertiría por la radio a ambos trenes.

-Suponga que las guías están atascadas y la radio no sirve.

-Entonces, saco las banderas de señales y hago las advertencias necesarias.

-Ocurre que es noche oscura y no se pueden ver las banderas, ¿qué haría usted?

-Encendería la linterna y con las claves convenidas advertiría del peligro.

-Pero no hay linterna.

-Encendería una antorcha y con ella hago las señales.

-Sin embargo, está lloviendo y no hay fuego que se sostenga, ¿qué haría  usted?

A esta altura del interrogatorio, Juan cruza los brazos, respira profundamente y dice:

-En ese caso, llamo a María.

-¿A María? ¿Y quién es María?

-María es mi mujer.

-Y ella, ¿qué tiene que ver?

-¡Nada! Pero la llamo para que venga a ver ¡el tremendo carajazo que se van a dar esos dos trenes!

Este domingo hay que llamar a María. A María Machado, para más señas. Para que vea la tremenda caída de nalgas que se va a dar ese día al constatar que ni aún entre los escuálidos prende el discurso troglodita de la resurrección del capitalismo salvaje; ni la insolencia de los insultos gratuitos que permite la democracia; ni los montajes, la demagogia y los gestos falsos. Ni el respaldo descarado de intereses foráneos ni la bendición de Bush.

jueves, febrero 02, 2012

Agradeciéndole al victimario



Por: Rafael Hernández Bolívar

La prensa reseña que en Galicia un hombre manifiesta agradecimiento y hasta satisfacción porque un banco le ha quitado su casa.  Y va a más: Pide, acompañado de otras personas en situación similar, que otros bancos sigan este ejemplo de dejar a familias sin casa a cambio de sus hipotecas. http://www.farodevigo.es/comarcas/2012/01/29/gallego-salda-hipoteca-entregar-piso-proteccion-oficial-banco/619000.html

De lo que se trata es que en España las deudas se respaldan no sólo con el inmueble hipotecado sino con cuanto posea el deudor y, en caso de ejecución de la hipoteca, si ésta no cubre la deuda, se embargan las cuentas, el automóvil, el televisor, la nevera y cuanto patrimonio habido y por haber pueda saldar la totalidad de la deuda.  Se entiende así la alegría del sin casa de la noticia. De esta manera logra que cesen la persecución y el permanente arrebato de sus bienes.

Le venden la casa por encima de su valor; le quitan la inicial y al saldo le suman los intereses; el comprador paga sus cuotas, aportando una minúscula porción al capital y la mayor parte a los intereses. Si se queda sin trabajo, el banco le quita la casa y cuanto posea para cancelar la deuda. ¿Y el Estado? Le dice que el banco tiene toda la razón.

¿Por qué ocurre? Porque la ley lo establece así. Porque la explosión de la burbuja inmobiliaria barrió los precios inflados. Porque la crisis ha dejado sin trabajo a los deudores. Porque los jueces aplican leyes que benefician al capital y los legisladores no respaldan leyes que perjudiquen a los poderosos.

Por contraste, se manifiesta la diferencia entre un Estado de Derecho a secas y un Estado Democrático y Social de Justicia y de Derecho como el que establece la Constitución venezolana. Aquí los ojos y el corazón están puestos en lo humano, no en los intereses del capital.