martes, diciembre 19, 2017

Escasez de sesos


Por Rafael Hernández Bolívar

A riesgo de que me sea devuelto la calificación encerrada en el título de este artículo y que se me acuse de no ver o negar la realidad, me permito definir como estupidez extrema la realización y difusión de un video en que una persona toma al azar cápsulas de un blíster del medicamento Calcitriol, destapa las cápsulas, muestra que no contienen nada y concluye diciendo “estos son los medicamentos gratuitos que le dan a personas enfermas en nuestro país”.

El único elemento presentado como veraz es el hecho mismo de que la cápsulas parecen vacías. No se identifica la institución o persona que entrega el medicamento; ni quien lo recibe ni quien lo denuncia. 

Ahora bien, ¿se puede cerrar una cápsula vacía? Si. Basta con comprar una máquina encapsuladora manual que se consigue en internet en 289 dólares (la oposición tiene dólares) o, lo más probable, acudir a un empresario que la posea para que haga el favorcito. Lo demás es cortar y coser. Se introducen los blísteres en una caja de las entregadas por el gobierno, se graba el video de unas manos sacando un blíster de la caja, se toma una capsula al azar, se destapa, se muestra que está vacía y se finaliza con el mencionado mensaje de denuncia.

¿Motivación para difundir una mentira? ¿Crear desconsuelo, incertidumbre, desesperación? ¿Atacar al gobierno que enfrenta una situación difícil con una baja descomunal de los precios del petróleo y sabotajes económicos y de todo tipo impulsados por intereses foráneos y una oposición desnaturalizada?

Lo insólito es que el video ni siquiera es venezolano. Fue hecho en Ecuador en el 2016 y en su oportunidad el Presidente Correa demostró la falsedad y la manipulación encerradas en la denuncia. (Ver la web).
Pero, ¿cuál es el fin de difundir una afirmación no sostenible que cualquiera puede poner en duda y deducir su falsedad? Pretenden convertirla en verdad por medio de la abundancia de la mentira. Antes de que se demuestre su falsedad, la sustituirán por otra. Apuestan a que algo queda. 

martes, diciembre 05, 2017

Nobleza obliga


Por Rafael Hernández Bolívar

A petición del comunicador social Pedro Carvajalino, parte agraviada en los hechos de agresión suscitados por opositores en el Hotel Hesperia de Valencia, el Ministerio Público acordó la libertad de los agresores detenidos. La medida tomada incluye charlas y conferencias para fomentar la tolerancia que los involucrados deben realizar en escuelas y universidades.

Éstos, a su vez, expresaron en un tono y ambiente distendidos, su agradecimiento por el gesto de Carvajalino, al igual que el repudio y el arrepentimiento por estos hechos violentos y la esperanza de que no se repitan en el futuro entre los venezolanos, por más radicales que sean las posiciones políticas enfrentadas. 

Resulta conmovedor el desenlace de aquel evento tan bochornoso, en su momento difundido profusamente en las redes sociales, en unos casos difundido como “victoria” y, en otros, como expresión inequívoca de las prácticas violentas de la oposición política venezolana. 

La resolución trae un aliento esperanzador a los venezolanos de buena voluntad, amantes de la paz, de la democracia y de la tolerancia. Las tensiones derivadas de posiciones políticas divergentes deben resolverse en la libre confrontación de las ideas y resueltas por la voluntad de las mayorías expresada en los mecanismos democráticos de participación. Esta experiencia ha sido aleccionadora para todos y se ha resuelto favorablemente para la sociedad, para los agredidos y para los agresores, sin vencidos ni vencedores porque la gran vencedora ha sido la tolerancia.

Bien por la noble conducta del perdón por parte de Pedro Carvajalino y bien por la digna responsabilidad y sentido autocrítico con que las personas involucradas asumieron los hechos. Ni la venganza ni la retaliación pueden formar parte de la vida política de los venezolanos. Los incitadores al odio deben recibir, sin atenuantes gratuitos, los castigos previstos en las leyes; pero, los ciudadanos que arrastrados por la propaganda y la desinformación incurren en hechos violentos circunstanciales deben tener un trato diferente. Desde hace tiempo se ha establecido la proporcionalidad de las penas.

martes, noviembre 21, 2017

El distinguido Ledezma


Por Rafael Hernández Bolívar

La capacidad histriónica de Antonio Ledesma le asegura un puesto distinguido entre los farsantes. 

Confirman esta verdad actuaciones consagratorias como la que realizó ante un grupo de comerciantes de Catia víctimas de saqueos y de las compañías aseguradoras, con exageradas expresiones de indignación, con regaños a subalternos y compromiso urgente de atender el desamparo… a la vez que tomaba medidas para no recibirlos más. O la interpretación en vivo y directo en una protesta de calle en La Guaira. Allí, ante los ojos de miles de televidentes, vimos una transmutación espectacular en segundos: el enérgico agitador Ledesma impartiendo instrucciones a sus seguidores se convirtió en un pacífico ciudadano maltratado por los gases lacrimógenos gracias a un audaz salto felino sobre una camilla de ambulancia y la inmediata colocación de una mascarilla de oxígeno que precedió unas palabras cortadas, asmáticas, agónicas. Bastó una oración mágica: “Antonio, ya la televisión está aquí”.

Las actuaciones posteriores a estos eventos fueron réplicas desvaídas de aquellas interpretaciones estelares, aunque todavía no dignas de envidia de los actorazos del teatro bueno y del otro también. Sus aspavientos al momento de su detención por la policía o la simulación de achaques corporales para solicitar una medida humanitaria de casa por cárcel son escarceos menores de su distinguido talento.

El prófugo de la justicia viene ahora por sus fueros. Como es de esperarse, se desvanecen sus ilusorios problemas de salud. Pero, sobre todo, intenta colocarse en un papel de héroe valiente y salvador de obstáculos, perseguido furiosamente por un régimen dictatorial implacable. Cuando llegó a Colombia, habló de haber sorteado 29 puestos policiales. Pero al día siguiente, en España dijo que eran treinta. Así que a la vuelta de un par de meses serán cien.

No obstante, Ledesma tiene un problema: No es creíble. Mucho menos cuando llega a España el mismo día en que millones de españoles vieron por televisión que los más radicales críticos al gobierno de Nicolás Maduro decían que ni con una pistola apuntándoles a la cabeza votarían por la oposición.

martes, noviembre 07, 2017

Convertir victorias en derrotas


Por Rafael Hernández Bolívar

Con razón se ha acusado a Rajoy de ser el mayor creador de independentistas en Cataluña. Sus palabras y sus actos parecen estar dirigidos a radicalizar a quienes son partidarios del independentismo y a unir y sumar nuevas voluntades en tal frente. De manera objetiva, los datos estadísticos son irrefutables: Es durante su gobierno cuando el independentismo pasó de ser una expresión sensiblemente minoritaria a ser una fuerza con presencia significativa en las calles y las instituciones de esta comunidad autonómica.

Ya no se trata sólo de negarse al diálogo, de aplicar medidas autoritarias y desproporcionadas, de utilizar todos los recursos del gobierno central para espiar y entorpecer la gestión de los dirigentes del independentismo catalán en funciones de gobierno. Ahora se trata de perseguirlos como delincuentes, de encarcelarlos, de utilizar el aparato judicial para criminalizar posiciones políticas y, por si fuera poco, agredir la economía catalana, vale decir, española, mediante la creación de un ambiente de incertidumbre que no vacila en estimular la huida de empresas hacia otros lugares de España, pero que pueden terminar en otras partes del mundo.

La pretensión de Rajoy es utilizar la lucha contra el independentismo como un instrumento que distrae la atención sobre su gobierno, haciendo que la gente se olvide de un gobierno minado por la corrupción de sus altos funcionario, la ineficiencia ante graves problemas sociales y el entreguismo a la línea neoliberal impuesta por los grandes capitales financieros.

De hecho, durante estos días en que el tema obligado de los medios es Cataluña, han pasado desapercibidos importantes resoluciones tribunalicias que desvelan la trama de financiación del Partido Popular, la continuación de los recortes en las áreas sociales, la persistencia de los niveles de paro que mantienen a España como el país europeo con la segunda tasa más alta de desempleo, etc.

La efímera unidad por España lograda en grandes manifestaciones amenaza en convertirse en la caída estrepitosa de Rajoy.

martes, octubre 24, 2017

Cataluña y la izquierda


Por Rafael Hernández Bolívar

Es lamentable el drama político español actual. La derecha de los recortes presupuestarios en asuntos de salud, de educación y de protección social es quien capitanea y marca el ritmo y la orientación del conflicto catalán en ambas fracciones enfrentadas. En otras palabras, la verdad es que el pueblo está excluido, llámese español o catalán y sólo se acude a su nombre para darle legitimidad a las acciones políticas.

En ninguno de los dos bandos hay un programa de empoderamiento de las grandes mayorías, de ampliación y de profundización de la democracia. Es verdad que la monarquía está claramente posicionada de un lado; pero, eso no significa que del otro haya un firme propósito democrático y de justicia. Tampoco un plan liberador de los lineamientos económicos impuestos por el poder financiero mundial a través del Banco Europeo y del Fondo Monetario Internacional ni proposiciones de alianza y de solidaridad entre los pueblos en un mundo oprimido por los grandes capitales y por los centros imperialistas.

En su lugar, el lenguaje desbordado de las discusiones revela las motivaciones en toda su crudeza: “España (ustedes) nos roba” dicen los unos. Los otros ripostan: “Cataluña (ustedes) quiere tener su propia justicia para no responder por el dinero robado en los últimos cuarenta años”.

Gota adicional que desborda el vaso de la desolación es la ausencia de un papel protagónico y claramente diferenciado por parte de la izquierda. Podemos e Izquierda Unida tienen las posiciones con mayor orientación democrática, internacionalista, a la par que visualizan los graves problemas de España que deben discutirse e integrarse en el esfuerzo común de todas las regiones. Pero hasta ahora no tienen la iniciativa política que tome cuerpo en la actual coyuntura.

Se posicionan ante acciones específicas de los contendientes; pero, dejan que esos mismos contendientes ocupen los espacios que de otra manera ocuparía una izquierda con vocación de poder y menos concesiones.

martes, octubre 10, 2017

El súbdito Vargas Llosa


Por Rafael Hernández Bolívar

El domingo 8 de octubre hubo una impresionante manifestación en Barcelona. Allí se expresó el sentimiento unitario de los españoles, lo que ha dado en llamarse la mayoría silenciosa; esto es, los catalanes partidarios de conservar la integración con España que hasta ahora no habían dado cuerpo a esa posición en un gran acto de masas. Hasta aquí lo positivo del asunto.

Lo deprimente fue que quien lideró el acto fue lo peor y más atrasado de la derecha española, llevando a muchos de lo que allí asistieron a preguntarse si no se desvirtuaba el sentimiento unitario con la presencia de pancartas que daban vivas al Rey, consignas que rimaban Puigdemont con paredón, aplauso y calurosas muestras de felicitaciones a la policía que había reprimido, golpeado y arrastrado por las greñas a ciudadanos que pretendían ejercer el derecho a voto hace una semana y, sobretodo, una manifestación encabezada por Mario Vargas Llosa, Albert Rivera -politiquero sin vuelo ideológico y de pragmatismo rastrero-, ministros del gobierno de Mariano Rajoy y el jefe del Partido Popular en Cataluña, ademas de la presencia de grupos franquistas camorristas.

Vargas Llosa -súbdito del Reino de España desde hace algún tiempo- dijo que la Barcelona de hoy no tiene que ver con la ciudad de la libertad de pensamiento y la tolerancia en la que vivió en la década del sesenta; que los independentistas no le van a destruir 500 años de historia a España y que espera que el gobierno aplique toda la fuerza de la ley para liquidar el independentismo.

Estas tres ideas retratan de cuerpo entero al político troglodita. La época añorada por Vargas Llosa es el tiempo de la dictadura franquista. Defiende el período colonial (en 500 años de historia está incluida la colonia de los países latinoamericanos) y privilegia, antes que el diálogo y el entendimiento, la aplicación implacable de la ley, lo que supone avalar la reciente actuación violenta y desmedida de la policía española.

miércoles, septiembre 27, 2017

Energúmenos en acción


Por Rafael Hernández Bolívar

La Real Academia Española de la Lengua precisa la definición de la palabra energúmeno en términos de “persona poseída del demonio” y “persona furiosa, alborotada”. La oposición ultra venezolana de los últimos años ha querido con su ya típica conducta troglodita darle cuerpo al concepto y perfilar sus contornos específicos. Quizás explicada esa pretensión por el sentido griego de energúmeno: “influido por un mal espíritu”.

Hasta hace poco se reservaba este término para quien poseído transitoriamente de la rabia o presa de un ataque de cólera perdía el control de sí mismo y de sus actos. O bien para personas que ante las situaciones de tensión o conflicto tendían a reaccionar con insolencia o violencia. Pero en el aporte de la ultraderecha criolla hay elementos adicionales: la planificación y la inducción.

Es decir, se ha perdido la espontaneidad que podría bañar de cierta indulgencia o por lo menos una equilibrada comprensión ante una explosión de rabia debido a un hecho manifiestamente injusto o abusivo, o que se suponga como tal. Ahora la conducta energúmena es premeditada, planificada, escenificada y ejecutada en el momento oportuno.

Con el guión aprendido y dotados de los recursos indispensables (infaltable el celular con los números telefónicos de los medios correligionarios y con capacidad para grabar videos, alguien que maneje el equipo y algunos “casuales” espectadores de apoyo) salen al lugar del que se han informado o les han informado que acude algún funcionario del gobierno o un dirigente político.

Ejecutada la acción energúmena, se edita el video suprimiendo respuestas dignas del agredido o expresiones de solidaridad de quienes son sorprendidos por la salvajada. Se difunde el video a través de medios a su alcance -las redes sociales y los medios correligionarios- con la invariable presentación: ciudadano reacciona indignado ante chavista.

Tanta impostura hay en estas conductas que quienes más destacan en la labor son los actores. Virgüez sobresale hasta la ridiculez en eso de hacer de energúmeno.

martes, septiembre 12, 2017

El Papa Francisco en Venezuela


Por Rafael Hernández Bolívar

Los televidentes de la televisión en España, así como los lectores de los grandes medios impresos del mismo país, deben estar convencidos de que el Papa Francisco visitó la semana pasada a Venezuela y no a Colombia.

Todo el poder mediático insistió en vincular esa visita con la situación política de Venezuela y no con los esfuerzos realizados a favor de la paz colombiana, como era de esperarse, de acuerdo al objetivo explícito del viaje y a las grandes dificultades que conlleva ese complejo proceso de diálogo y de acuerdos.

Desde el mismo momento del arribo del Papa Francisco a Bogotá la televisión procuró centrar la atención en una agenda particular. Reseñó la audacia de un niño venezolano que se acercó y regaló el tricolor nacional al Papa. Por supuesto, el niño recitó en entrevista “oportuna” lo que periodistas, padres o curas manipuladores le habían hecho memorizar: le pidió al Sumo Pontífice para que hubiese medicinas y comida y para que “Venezuela fuese libre”. ¡Ya no hay capacidad para asombrarse del irrespeto y del abuso hacia un niño mostrados por este periodismo!

En las grandes misas y concentraciones de los días siguientes, al concluir las palabras del Papa, los reporteros salían solícitos a entrevistar a los venezolanos presentes; no para recoger el impacto del mensaje papal sino para que expresaran angustias y deseos sobre la situación de nuestro país.

Los medios impresos, esperanzados por los bulos de la oposición criolla, auguraban un encuentro del Papa Francisco con la jerarquía eclesiástica venezolana para conformar una posición condenatoria al Presidente Maduro.

Se quedaron con los crespos hechos. La ecuanimidad del Papa, su sentido de justicia y su firmeza en su prédica de la paz y del diálogo no permitió que sus palabras fuesen manipuladas por la extrema derecha en contra del pueblo y el gobierno de Venezuela. Una oposición que sólo respira con lo que le viene de afuera no logra músculos ni fuerza para ser una alterativa real de poder medianamente respetable.

martes, agosto 29, 2017

“¿Resistencia? ¡Resistencia la nuestra!”


Por Rafael Hernández Bolívar

Tal pregunta y tal respuesta deben cruzar por el pensamiento del Presidente Maduro cada vez que escucha a la oposición conspiradora utilizar la palabra ‘resistencia” en los discursos con que ella pretende justificar su conducta antinacional y antidemocrática. Es la misma sensación que tenemos la mayoría de los venezolanos cuando se pretende arropar con esta palabra tantos desmanes sufridos como pago oneroso e injusto en la defensa de la democracia y del aliento del sueño socialista.

Han intentado todo. Durante dieciocho años los EEUU y sus secuaces criollos han recurrido al paro petrolero, al paro general, al golpe de Estado de brevísima duración, a huelgas, a manifestaciones callejeras, a guarimbas, a las navidades tristes, a La Salida, al asesinato, a la quema de seres humanos, al sabotaje económico, a la conspiración financiera, etc., y a todo lo que puede generar una mente obsesionada por el poder de clase que no le importa la gente, los ciudadanos, el país, las instituciones.

No obstante hay constantes que signan el comportamiento político de esa oposición: La mentira, el engaño, la manipulación, el irrespeto a los principios democráticos y, sobre todo, la presencia permanente de intereses trasnacionales en el asesoramiento, financiación y apoyo mediático de ese comportamiento. ¡Gran capacidad de resistencia tienen el gobierno y el pueblo venezolanos para soportar estoicamente dieciocho años de hostilidad abierta de una maquinaria descomunal, sin cortapisas morales y sin respeto por el derecho a la autodeterminación de los pueblos! Resistencia, esta sí, ¡por la paz, por la convivencia, por el estado de derecho y por la democracia!

Además de la ausencia de razones loables, la oposición la hunde su descaro, el desparpajo con que exhibe sus traiciones y el cinismo en su entrega al imperialismo. ¡Ya ni se necesitan argumentos para demostrar la guerra económica, la dependencia rastrera de las directrices yanquis o el irrespeto que tienen por los venezolanos o las leyes!

martes, agosto 15, 2017

Antídoto para el fascismo


Por Rafael Hernández Bolívar

Los fascistas han quedado desnudos. Sus vergüenzas al aire muestran la crueldad, la mentira y el odio con que alimentan la conducta antidemocrática e irracional de su actuación política. 

En Venezuela nadie niega el derecho que tiene la oposición de cuestionar la Revolución Bolivariana, de combatir las decisiones del gobierno manifestando sus criterios y sus ideas o a través de manifestaciones de calle; a pedir la renuncia del Presidente de la República o, incluso, a impulsar el revocatorio del mandato presidencial. 

Todo esto está contemplado en nuestra Constitución y leyes de la República. Basta con cumplir los procedimientos previstos para ejercer pacíficamente esos derechos. Basta con reconocer y respetar las instituciones y autoridades que tienen la responsabilidad de garantizar su libre ejercicio por parte de los ciudadanos.

Realizar estas acciones no significa que lleven la razón en sus reclamos y exigencias ni que sus pretensiones sean satisfechas. Para ello necesitan una condición indispensable: El apoyo de las grandes mayorías del pueblo.

No son mayoría porque no tienen la razón; porque sus líderes son irresponsables e incoherentes en sus propuestas; porque han puesto como orientación de sus luchas políticas el interés del imperialismo gringo y, por si fuera poco, porque su conducta está marcada por el fascismo: Desprecio por quienes piensan distinto, imposición de la violencia y el odio como medios de lucha política, llegando hasta la crueldad y el asesinato.

El gobierno de Nicolás Maduro ha puesto en marcha el antídoto natural contra el fascismo: ¡más democracia! Convoca a la Asamblea Nacional Constituyente y el ciudadano en elecciones libres, universales y transparentes escoge sus integrantes. A su vez, la ANC pone orden en los poderes díscolos; ratifica en sus funciones al Presidente de la República y al CNE, conservando con este último, una conducta claramente democrática: ratificando al representante de la oposición.
Transitamos el camino de la paz.

martes, agosto 01, 2017

No es fácil


Por Rafael Hernández Bolívar

La situación política del país es difícil hoy. También es verdad que el pueblo en revolución ha asumido con decisión y esperanza los grandes retos necesarios para cambiar esa realidad.

Toda la derecha nacional e internacional, en “santa alianza”, enfilan sus baterías antidemocráticas contra Venezuela, contra su gobierno y contra sus ciudadanos. De manera descarada, pertinaz e inmoral los poderosos medios de comunicación en manos de los intereses imperialistas mienten sobre el país e invisibilizan los esfuerzos de la mayoría de los venezolanos por la construcción de la paz, por el fortalecimiento de la democracia o por la superación de las dificultades económicas. En sus “informaciones” privilegian las acciones criminales de sicarios contra los ciudadanos a quienes secuestran en sus casas impidiendo su derecho a la libre circulación, o al ejercicio del voto. Sicarios que no dudan en ejecutar horribles asesinatos contra personas que piensan diferente o que ejercen su deber de funcionarios públicos. Son acciones terroristas para fracturar la unidad del pueblo, para quebrar su moral y su voluntad de lucha, para usurpar su poder soberano y liquidar la esperanza de Revolución en Latinoamérica y el Caribe.

El Presidente Nicolás Maduro ha actuado con gran talento político ante la arremetida despiadada y fascistoide de la reacción criolla y foránea. Tendió puentes para el diálogo, respondió a las agresiones terroristas con firmeza, a la vez que con apego escrupuloso al respeto de los derechos humanos, enfrentó la conspiración denunciando en los grandes foros internacionales su motivación y desenmascarando a los cipayos del imperialismo gringo.

Pero, sin duda, su mayor acierto ha sido la convocatoria a la Asamblea Nacional Constituyente, pues con ello ha restituido la palabra al pueblo soberano, quien debe decidir sobre los grandes conflictos nacionales, sobre la necesaria integración del Estado, sobre los mecanismos de control y de aislamiento a los terroristas y sobre la consolidación de la paz y a la democracia.

martes, julio 18, 2017

Ahórrese las demás


Por Rafael Hernández Bolívar



Preguntó el Obispo: “Cura, ¿por qué no suenan las campanas?” Éste respondió: “Por cinco razones, señor. La primera es que en la parroquia no tenemos campanas. La segunda...” “Entonces, -atajó el obispo- ¡ahórrese las otras cuatro!”.

El cuento lo echó Luis Herrera. Quizás pretendía ilustrar el principio de razón suficiente para comprender cómo algunas situaciones hacen innecesarias otras razones que distraen y no explican el asunto fundamental. 

El chiste podría explicarnos el comportamiento antidemocrático, destructivo y antipatriótico de la oposición golpista de Venezuela. Hay abundantes elementos de juicio que dan cuenta de la sin razón de sus acciones contra la tranquilidad ciudadana, contra los servicios y recursos básicos de los venezolanos y contra las instituciones y las leyes del país, etc.

No cree en la democracia y por ello desconoce las decisiones de la mayoría, hace fraude con absoluto descaro, distorsiona y corrompe las instituciones a las que arriba y asume con absoluto desparpajo representaciones y poderes que el pueblo no le ha delegado. No le importa el futuro de los venezolanos y obnubilada por sus intereses inmediatos no piensa que los daños que provoca en la infraestructura de servicios del país, en sus recursos, en la educación de los jóvenes, con la siembra del odio y con la destrucción de las instituciones serán rémoras terribles que habrán de asumirse mañana. Uno también podría decir que la oposición golpista es sanguinaria y cobarde, no sólo por las muertes que provoca o ejecuta, sino también por inducir a jóvenes adolescentes a realizar actos terroristas y, por impericia en el uso de armas letales, se causen daño o mueran. 

Sin embargo, la razón que palidece las demás, es que esta oposición tiene vendidos su corazón, sus intereses y su cabeza al imperialismo norteamericano y de nuestro país no le interesa ni su gente, ni su democracia, ni su futuro. Hoy celebran las bravuconadas de Trump y su éxtasis es que las amenazas se conviertan en realidad. El pueblo, no obstante, se encargará de poner las cosas en su lugar.

martes, julio 04, 2017

Narcisismo de izquierda


Por Rafael Hernández Bolívar

No deja de ser decepcionante constatar la miopía con que algunas individualidades y pequeños grupos de izquierda evalúan los hechos clave de la realidad política venezolana de nuestros días. Decir miopía -también cabe la palabra estupidez- es una manera de darle un margen a la honestidad y a las buenas intenciones empedradoras de caminos al infierno. Sólo así evitamos llamarlos directamente aliados de los gringos y enemigos de la revolución.

Es asombroso que ante una oposición descaradamente golpista, entreguista y sanguinaria, la conducta de esta gente no sea enfilar todo su esfuerzo para aislarla, para detener los desmanes, para derrotar a los energúmenos, para fortalecer las instituciones democráticas y garantizar la paz y el libre ejercicio de los derechos de todos los ciudadanos.

Su respuesta es la adopción de silencios cómplices, hacer de su crítica al gobierno y de sus supuestas inconsecuencias, la razón de su existencia política. Si se derrumban las instituciones, si se pisotea la soberanía del país o si regresan al poder los recordados serviles del imperialismo y la burguesía no son preocupaciones que les quite el sueño. En todo caso, son calamidades menores en relación a -nuevamente supuesta- pulcra posición ideológica.

El problema de esta izquierda no es que se equivoque en sus apreciaciones, en sus jerarquizaciones y en sus tácticas, ya de suyo grave, aun cuando alimentaran por rebote la discusión y el desarrollo dialéctico de las posiciones revolucionarias. Lo terrible es que se equivoca de bando y sus políticas y proclamas objetivamente trabajan a favor del imperialismo, de la burguesía y del fascismo.

Por eso resulta patética la imagen de estos señores que, como balance cotidiano de su conducta, al llegar a sus casas, despliegan el ritual de mirarse al espejo, tomar por realidad la apariencia ilusoria y difuncional de su caprichoso reflejo de revolucionario “auténtico” que, no obstante, le hace el trabajo al enemigo.

martes, junio 20, 2017

La conspiración de los inconscientes


Por Rafael Hernández Bolívar

En obscena alianza con intereses foráneos provocan muerte, lesiones personales, terror en los ciudadanos y destrucción o daños materiales en las calles o contra edificios y servicios públicos. Están conscientes de los objetivos políticos que persiguen: el derrocamiento del gobierno constitucional, escogido por la mayoría del pueblo en elecciones libres. En ese sentido, actúan con claro conocimiento de causa.

Sin embargo, esas mismas personas no están conscientes del daño presente y futuro que contra el país y, por tanto, contra sí mismos en tanto ciudadanos, se genera como consecuencia de sus actos, aún en el terrible e hipotético caso de que triunfe su felonía.

Logren el éxito o fracasen -hasta ahora sólo han obtenido derrotas- tendrán que responder por estos actos criminales ante las instituciones y los ciudadanos. Serán juzgados y recibirán la debida condena y el merecido castigo. Dominada la conspiración, los culpables deben ser castigados ejemplarmente para disuadir la repetición impune a que ha dado lugar los perdones irresponsables.

Pero, en la negada posibilidad de que logren su objetivo, ¿esperan que los venezolanos no se vuelquen sobre los “triunfadores” para juzgarlos por los muertos, por la destrucción del país, por la cesión de los recursos patrios a una potencia extrajera? ¿No les disuade la experiencia libia o siria, en donde los aliados de los invasores, en lugar de victoriosos, están envueltos en una vorágine de guerra y enfrentamientos permanentes, en países destruidos sin el prometido final feliz hollywoodense? ¿No les dice nada las acciones del Tribunal Internacional Ruandés en donde se ha juzgado a los ejecutores del genocidio del 94 no sólo por la incitación al odio y por las muertes sino también, en algunos casos, por haberlas permitido? ¿Saldrán impunes quienes instruyen y dotan de recursos a los adolescentes para que agredan y aterroricen a funcionarios y a ciudadanos? ¿Estarán libres de pena y censura quienes los bendicen y santifican sus armas?

martes, junio 06, 2017

Una muerte en la conciencia


Por Rafael Hernández Bolívar

Todos los venezolanos tenemos sobre nuestra atribulada conciencia las muertes que nos trajo la conspiración, la irracionalidad y la violencia.

Culpables de este terrible asesinato son los instigadores que sembraron mentira y odio. Culpables son los ejecutores -azuzados o por voluntad propia- que agredieron de manera inclemente los cuerpos desvalidos. Culpables los que fallaron en su responsabilidad de proteger la vida de humildes ciudadanos y culpables también los indiferentes, los impolutos, los que están por encima del bien y del mal, y cuya pulcritud llena de asco la historia.

De todas esas muertes, destaca por su aberrante crueldad y el terrible dolor a que fue sometido el cuerpo joven de Orlando Figuera. Este Cristo inocente de la Venezuela de estos días fue acorralado por la jauría, apedreado, insultado, golpeado por los pies de los infames, lacerada su piel por las llamas y los puñales, conducido a la desesperación y a la muerte. Recibió los golpes del odio que van dirigidos contra quienes nos atrevemos a soñar un mundo de igualdad, contra quienes creemos que esta tierra heredada de nuestros padres es nuestra y estamos convencidos de que son las grandes mayorías del pueblo quienes tiene el derecho a decidir su destino. Murió por nosotros, los pecadores, partícipes de ese sueño de justicia, de libertad y de democracia real.

Este es un crimen sin atenuantes y nadie tiene coartada que lo libre de culpas. En la segunda década del siglo XXI, una oposición forajida apela a la incitación al asesinato, a la brutalidad, al sadismo, a la crueldad sobre el más humilde de los ciudadanos. Drenan en él la frustración de sus fracasadas fechorías: golpes de Estado, paros empresariales, paro petrolero, sabotaje económico, guarimbas, conspiraciones internacionales de vergonzosas alianzas, etc. Una oposición que hoy habla con el silencio.

Un silencio que otorga, que se ilusiona porque cree que aterroriza y no se da cuenta de la indignación que provoca, que crece y que se hace incontenible.

martes, mayo 23, 2017

Comparsa de energúmenos


Por Rafael Hernández Bolívar

“Valientes” youtubers mayameros han agotado todas las posibilidades del ridículo, lo grotesco y la insania mental. Se creen fuera del alcance de la justicia y, bajo esa convicción, con absoluta impunidad insultan, mienten, abren las compuertas del resentimiento, el revanchismo y la putrefacción que ocupan en sus espíritus el espacio que en cualquier ser humano razonable y sensible ocupan los sueños, los grandes proyectos redentores o, como diría Bertrand Russell: “la necesidad de amor, la sed de conocimientos y la incondicional solidaridad con los que sufren”.

Sólo una masa viscosa y nauseabunda cuelga de sus labios, despertando vergüenza ajena no sólo en los venezolanos sino en cualquier ser humano de cualquier parte del mundo. Superadas las circunstancias actuales, los habitantes del futuro ¿podrán ver sin indignación o vergüenza estas piezas antológicas de la degradación moral y la pequeñez?

El frente farandulero en Miami representando papel de ideólogo, de agudo analista político, de dirigente preclaro y audaz. Todo bajo el auspicio del poder gringo. 

Orlando Urdaneta, desaliñado, con unos anteojos desproporcionados, con ojeras pronunciadas (¿maquillaje? ¿insomnio? ¿alguna sustancia? ¡Vaya a usted a saber!), difunde audios de supuestos militares alzados, llama a las calles ante la “inminente caída” del régimen y describes terribles finales. 

Franklin Virgüez, con ostensibles limitaciones actorales en relación al sujeto anterior, sólo atina a representar la expresión más procaz del único personaje que ha representado en su vida: el malandro que es. Uno recuerda que hasta el sublime y excelso poeta Salmerón Acosta, con todas las posibilidades dramáticas y humanas del personaje real, en manos de este mal comediante y peor actor, se convierte en un recitador grandilocuente, quejumbroso y vacío. Ahora, en su versionado papel de “Eudomar Santos, adalid de la libertad”, no pasa del discurso procaz, los gestos insolentes y los desplantes ridículos y cobardes.

martes, mayo 09, 2017

La iniciativa


Por Rafael Hernández Bolívar

La convocatoria a una nueva Constituyente es una iniciativa política inteligente, creativa y genuinamente democrática. Resolverá una cuestión que quedó pendiente en la Constituyente del 99: El comportamiento y las prácticas lícitas del ejercicio democrático de los ciudadanos y las organizaciones políticas. 

Lo que la Constituyente daba por obvio -el cumplimiento de la decisiones tomadas por la mayoría del pueblo, comenzando con el fiel cumplimiento de la Constitución de la República Bolivariana- ha sido negado, hostilizado de manera permanente y violenta, por minorías antidemocráticas que recurren al irrespeto a esa misma Constitución, al desconocimiento de las leyes, de las instituciones y de las autoridades legítimas, a la violencia y al crimen, a la alianza antinacional y a la perversa sumisión a intereses foráneos.

La Constitución contempla y garantiza la participación protagónica del pueblo. Los ciudadanos tienen el derecho de expresar libremente sus ideas, de organizarse en partidos políticos, a postularse a la libre elección a cargos públicos, a solicitar e, incluso, en cargos tan importantes como el de la Presidencia de la República, a revocarlos, a protestar en manifestaciones pacíficas, etc. 

La Constitución no admite como formas válidas de lucha política el sabotaje, la destrucción del patrimonio público, el asesinato, la violencia, la conspiración, la incitación al odio, la descarada alianza con centros imperialistas contra el Estado y el pueblo venezolanos y todas las prácticas criminales que durante todos estos años ha desplegado la rancia derecha venezolana. 

El gobierno impulsó espacios e intermediarios para el diálogo. Recurrió a personalidades nacionales, a presidentes y expresidentes latinoamericanos, hasta el mismísimo Papa intentó mediar y favorecer acuerdos para la paz y el mutuo entendimiento.

Agotados los esfuerzos por el diálogo democrático e institucional, la iniciativa del Presidente Maduro reivindica la política, recurre a un nuevo escenario y renueva interlocutores validados por el voto popular.

martes, abril 25, 2017

Prédica de odio


Por Rafael Hernández Bolívar



El 19 de abril, una manifestación chavista, camino a la gran concentración de la avenida Bolívar, pasa por la Candelaria. Un video que circula en Internet muestra al grupo de ciudadanos con pancartas, coreando consignas. No hay en la conducta de los marchantes ninguna expresión o gesto de violencia. Acuden a expresar con su presencia el respaldo al gobierno democráticamente electo de Nicolás Maduro. 

De repente, un objeto blanco, lanzado desde uno de los apartamentos de los pisos superiores de un edificio frente al que pasa la manifestación, cae desde lo alto e impacta sobre la cabeza de una señora que transita en sentido contrario y paralelo a la marcha. La señora cae al pavimento por efecto del terrible impacto. La víctima es la enfermera Almelina Carrillo, 47 años, que hacía alguna compra por el sector, antes de ir a tomar su turno de trabajo; el objeto contundente, una botella de agua congelada. Después, pese a la atención médica, se produce la muerte.

¿Cuánto odio es necesario para que una mano lance un objeto contunde contra un desconocido transeúnte? No sabe si quien recibirá el impacto es hombre o mujer, niño, joven o viejo. ¿Cuánto envenenamiento ideológico o moral se necesita para que la vida de los demás nos importe tan poco? ¿Cuanta cobardía para lanzar, desde un sitio seguro, fuera del alcance de la vista de la gente y del lente de las cámaras, una botella de agua congelada que cae de improviso desde lo alto y nadie sabe de dónde salió?

¿Cuánto odio se necesita para tomar la decisión de transformar un objeto cotidiano e inofensivo en una arma letal, para colocar una botella de agua en el congelador, esperar que el líquido se solidifique y luego, en el momento oportuno, -el paso de una marcha chavista- arrojarla desde lo alto y causar daño grave o la muerte?

¿Piensa la oposición que no es responsable de esta muerte? Su “muro de la vergüenza” llamando al exterminio, su prédica de odio y su irrespeto a la democracia alimentan la irracionalidad y destruyen la convivencia y los espacios de diálogo.

viernes, abril 14, 2017

La doble agenda


Por Rafael Hernández Bolívar

Por estos días la oposición venezolana más radical y más atrasada ha desplegado, inútilmente, en escaramuzas de calle, toda su capacidad desestabilizadora. Recurre a las manidas acciones de caos y sabotaje que, pese a su probada ineficacia, por un lado, y su secuela de lamentables daños humanos y materiales, por otro, insisten en intentar una vez más. De nuevo, aceite sobre las vías, cuerdas de hierro o acero para incautos motorizados, insultos y salvajes agresiones contra policías o civiles que intenten poner freno a la locura, incluso aún cuando se trata de opositores sensatos que intentan canalizar las movilizaciones de calle hacia objetivos pacíficos, legítimos, democráticos.

Las acciones que están en curso se caracterizan por el desparpajo con que la oposición atrasada muestras sus vergüenzas (antidemocrática, violenta e irracional) y el obediente afán con que sus dirigentes siguen las instrucciones de sus caporales extranjeros. Sus consignas y sus conductas no dejan espacio para la duda ni para la imaginación. Persiguen destruir lo poco o mucho que ha conquistado la experiencia bolivariana en términos sociales, jurídicos, políticos. No hay medias tintas. No hay espacios sagrados ni principios inmutables. Todos vimos a Luis Almagro, fétido genuflexo, ejecutando maniobras desesperadas para intentar cumplir con la misión encomendada por los peores intereses gringos, llevándose por delante normas, acuerdos, autoridades de una institución de suyo pervertida.

Ya no tiene sentido decir que esa oposición maneja la doble agenda: Una, arropada en ideas de ampliación y consolidación de los canales democráticos como escenario y mecanismo para la resolución de los conflictos políticos, discurso de presentación de otra Venezuela posible. Otra agenda, la oculta, crear condiciones de enfrentamientos insalvables que abran la opción de salidas violentas de golpes de Estado, invasiones de fuerzas extranjeras o Guerra Civil.

Hoy, esa oposición radical, tiene una sola agenda. La segunda. Por eso, desde Miami las redes sociales difunden la consigna “ahora o nunca”. Por eso, el pueblo venezolano definirá una vez más la alternativa: ¡Nunca!

martes, marzo 28, 2017

Yo almagro, tu almagras


Por Rafael Hernández Bolívar

No deja de resultar curioso el obcecado empeño con que Luis Almagro, en su repugnante papel de muchacho de mandados de los EEUU, se dedica a buscar en Venezuela, hasta debajo de las piedras, el más tenue indicio que “sustente” una aplicación de la llamada Carta Democrática Interamericana contra el gobierno democrático, constitucional y bolivariano de Nicolás Maduro. No mira a otra parte. No distrae su férrea atención hacia otros asuntos ni hacia otros países que en nuestro continente muestran groseras violaciones de la institucionalidad y los derechos humanos. Aunque le han dicho que el que busca encuentra, lo cierto es que no tiene otro recurso distinto a inventar o fabricar informes.

Más allá de la política, este comportamiento sólo es comprensible a la luz de la ética: La disposición personal de este señor -más precisamente, de este individuo- al sacrificio de todos los principios en función de alcanzar el objetivo asignado por sus jefes. Razón ha tenido la canciller Delcy Rodríguez de calificarlo como “enano de la moral”. Le ocurre como a las poblaciones españolas de La Moral de Calatrava y Almagro, en Castilla La Mancha, que, aunque vecinas, no están juntas. La distancia entre Luis Almagro y la moral es más grande todavía, es sideral.

Y es que los intereses rastreros hacen más pequeño el espíritu. Cuando esos intereses ni siquiera son de uno sino que son de otros, -peor aún, contrarios a los pueblos-, la pequeñez abre surcos más profundos, insondables. Y, por si aún fuese poco el nivel de degradación, quien defiende esos intereses hace alianza con una comparsa de embaucadores de pueblos -llámense José María Aznar, Felipe González, Oscar Arias o Vicente Fox-, especialistas de la genuflexión y la estafa.

Cuando la canciller Rodríguez acusa a Almagro de malhechor contra el diálogo no hace más que ponerle rostro a la tercera acepción de la RAE para el verbo almagrar conjugado en primera persona del presente indicativo: Yo almagro: “Entre rufianes y valentones, herir o lastimar de suerte que corra sangre.” 

martes, marzo 14, 2017

Vargas Llosa en sintonía


Por Rafael Hernández Bolívar

Las opiniones políticas del galardonado premio Nobel Mario Vargas Llosa ya despiertan lástima y vergüenza ajena. No tiene parangón su descarado servilismo: Prosador de la defensa de las posiciones ideológicas más atrasadas de la derecha y obediente militante de los intereses del imperio. Con real estupor hemos visto su degradación y hundimiento en el fango. Desde allí vocifera principios e ideas que, en el tránsito de su voz se desnaturalizan y toman tonos nauseabundos. Principios e ideas que, no obstante, en intelectuales honestos e identificados con las grandes mayorías y rebeldes al capital y al poder, brillan con pulcritud.

La fabricada imagen de defensor de la libertad de expresión y de los derechos humanos de Vargas Llosa tiene un hueco insalvable. La conducta de este mercachifle no tiene en su haber ni un sólo gesto libertario, auténtico, palpable. Al revés, en su historia personal se ubica al lado de los poderosos y del jet set. Se esmera en complacer a los censores de Franco para publicar sus libros y como obediente escolar hace sus tareas. Celebra la invasión a Irak y al ver que el agua de lluvia retenida en los socavones abiertos por las bombas son usados por los niños para bañarse, proclama que esa imagen es un canto a la libertad.

Habla cuando cree que puede hacer un buen servicio. El último de esta semana en España. Un minúsculo grupo de periodistas acude a la Presidenta de la Asociación de Prensa de Madrid para denunciar que ha recibido amenazas de Podemos. No dicen quien las hace ni en que consisten. Ni pruebas. En un par de horas la APM saca un manifiesto acusando a Podemos de hostigamiento hacia la actividad periodística. Al día siguiente los grandes periódicos editorializan en sus portadas sobre el manifiesto y la conducta de Podemos.

¿Y Vargas Llosa? En perfecto acoplamiento, lanza en ristre, defiende la acusación y agrega: Hay que detener a Podemos, es la máxima amenaza contra la democracia desde la época de la transición. ¡Lo que hay que ver!

martes, febrero 28, 2017

Límites de la mentira


Por Rafael Hernández Bolívar

Los rancios intereses de la sociedad española presumían de haber conseguido la fórmula perfecta para prolongar sus privilegios más allá de la muerte de Franco. Vendieron una etapa de transición como modelo de convivencia entre partidos políticos de inspiración ideológica diferentes, un sistema electoral para recoger la voluntad de los ciudadanos, aunque con un enorme “detalle técnico” como diría Ortega y Gasset (diseñado para que el caudal electoral tuviese un peso diferente y se comportara de manera favorable en los territorios bajo su influencia), un cuerpo de leyes y una estructura judicial destinada a defender los intereses del capital y, como remate, una monarquía, refrendada constitucionalmente, con un papel más o menos folklórico, más o menos ornamental y, eso sí, conciliador en situaciones de crisis entre las diversas fuerzas de la sociedad.

Para que este sistema funcionara -de hecho, había funcionado en los últimos cuarenta años- se requería de compromisos y de mecanismos apropiados. Sobre todo, necesitaba, como efectivamente obtuvo a partir de 1986, un aluvión de recursos financieros provenientes de la Comunidad Económica Europea que permitió desarrollar una infraestructura de servicios, aeropuertos, vías, autopistas, edificios, posibilidades turísticas, etc. Arturo Criado, con motivo del 25 aniversario del ingreso de España a la CEE, decía en una crónica de junio de 2010, que este país recibió en ese lapso “más dinero que toda Europa con el Plan Marshall” y recibió también el financiamiento del 50% de las grandes obras públicas durante el mismo período.

“España va bien”, decían. Luego, con la crisis, cambiarían la expresión por otra: “Hemos vivido por encima de nuestras posibilidades”. Salieron a flote los dramas sociales, denunciadas las asociaciones de delincuentes saqueadores del Estado; hace aguas el bipartidismo que otorga contratos, sobrevalora obras y son procesados los dirigentes que van de la empresa privada al gobierno y al revés.

martes, febrero 14, 2017

Unidad plural


Por Rafael Hernández Bolívar


Soluciones plausibles, claras, simples y equivocadas a problemas complejos parece ser el leiv motiv del quehacer periodístico español. Siguiendo tales pautas terminan no comprendiendo nada sobre la gestación de un proyecto nacional de profundos cambios para España y de insurgencia de nuevos factores y sujetos políticos. Así descalifica Juan Carlos Monedero, siguiendo la famosa frase de H. L. Menken, la pretensión de la gran prensa de banalizar el debate que libró Podemos en el reciente congreso del partido Vista Alegre II.

No se trataba, como lo percibió la derecha española, de un despliegue de maniobras de liderazgos personales en función de definir y consolidar posiciones de poder dentro del Partido. Desde afuera intentaron influir en el proceso exagerando diferencias, apuntalando líderes que fuesen más propicios a una asimilación al sistema anquilosado y burgués del reparto de espacios y beneficios en función de la perpetuación del funcionamiento de una democracia insustancial, por definición, excluyente de las grandes mayorías.

Apostaban que, a la vieja usanza de los partidos fosilizados, las diferencias internas se resolverían con zarpazos grupales que se alzaran con el control y luego en nombre de los militantes secuestraran al partido y lo dirigieran a su antojo. Fracasaron porque pasaron por altos dos aspectos distintivos del proceso: La transparencia en los mecanismos de participación y de decisión, por una parte, y la presencia, el respeto y el acatamiento de la voluntad de cambio de los militantes, por la otra.

Podemos ha dado una muestra extraordinaria de cómo resolver asertivamente las discusiones en el seno de las fuerzas del cambio: Implementando mecanismos democráticos y transparentes de discusión, acudiendo a las bases, creyendo en ellas y en su capacidad para la decisión resolutoria de los conflictos.

Lo ha dicho Pablo Iglesias: Podemos equivocarnos en la toma de algunas decisiones; pero, jamás podemos equivocarnos de bando.

martes, enero 31, 2017

Premoniciones de Sagan


Por Rafael Hernández Bolívar




Circula en la web unas palabras escritas por Carl Sagan en su libro El mundo y sus demonios (1995). En ellas el famoso estudioso y divulgador de la ciencia, fallecido un año después, hizo un esbozo de lo que sería en el futuro EEUU y hoy, lamentablemente, se nos muestra como una dramática realidad: Una sociedad que concentra el poder de decisión en una minoría ajena a los valores universales, a las instituciones de justicia y a la democracia, conduciendo a las mayorías “hacia la superstición y la obscuridad”. Las grandes mayorías serás excluidas y perderán toda “capacidad de cuestionar con conocimiento a los que ejercen la autoridad”.

Quienes por estos días divulgaron las palabras premonitorias de Sagan ven en ellas un vivo retrato de la era Trump. Es una lástima que no se hayan detenido en el análisis que precede a la conclusión. En el libro hubiesen encontrado las razones, aunque sólo fuese referido a la concepción de la ciencia y a la “celebración de la ignorancia”, con que los grandes medios de comunicación se dedican a embrutecer a la población.

En este sentido, lo que hoy ocurre no es nada excepcional o imprevisible. Hunde sus raíces en lo que también han percibido muchos pensadores en el plano de la economía, de la política, de la cultura. Estos barros vienen de aquellos polvos. Una sociedad estructurada sobre la base de los intereses del capital no puede sino conducir a la irracionalidad. Cuando entra en contradicción el rendimiento del capital y la conservación de los recursos vitales de nuestro planeta, se decide en favor del primero y si lo es entre los derechos humanos o ese rendimiento, igualmente se inclina por el capital. Lo mismo vale para la educación, la cultura, los pueblos, etc.

Lo demás es marketing. Vender ideas mediante el engaño, convencer a la gente de cuáles son sus “necesidades”, persuadirla de qué es lo que le “conviene”, estigmatizar algunos presuntos culpables y ofrecerle engañosas soluciones mágicas. La campaña electoral de Trump fue hecha de esa manera: Investigadores sociales que levantaban encuestas sobre lo que los electores querían escuchar y expertos en el diseño de mensajes persuasivos que ponían en los gestos y en la boca de Trump para ganar el voto. Todo esto actuó sobre el terreno abonado que había percibido Sagan con angustia hace ya mas de veinte años.

Quienes por estos días divulgaron las palabras premonitorias de Sagan ven en ellas un vivo retrato de la era Trump. Es una lástima que no se hayan detenido en el análisis que precede a la conclusión. En el libro hubiesen encontrado las razones, aunque sólo fuese referido a la concepción de la ciencia y a la “celebración de la ignorancia”, con que los grandes medios de comunicación se dedican a embrutecer a la población.

En este sentido, lo que hoy ocurre no es nada excepcional o imprevisible. Hunde sus raíces en lo que también han percibido muchos pensadores en el plano de la economía, de la política, de la cultura. Estos barros vienen de aquellos polvos. Una sociedad estructurada sobre la base de los intereses del capital no puede sino conducir a la irracionalidad. Cuando entra en contradicción el rendimiento del capital y la conservación de los recursos vitales de nuestro planeta, se decide en favor del primero y si lo es entre los derechos humanos o ese rendimiento, igualmente se inclina por el capital. Lo mismo vale para la educación, la cultura, los pueblos, etc.

Lo demás es marketing. Vender ideas mediante el engaño, convencer a la gente de cuáles son sus “necesidades”, persuadirla de qué es lo que le “conviene”, estigmatizar algunos presuntos culpables y ofrecerle engañosas soluciones mágicas. La campaña electoral de Trump fue hecha de esa manera: Investigadores sociales que levantaban encuestas sobre lo que los electores querían escuchar y expertos en el diseño de mensajes persuasivos que ponían en los gestos y en la boca de Trump para ganar el voto. Todo esto actuó sobre el terreno abonado que había percibido Sagan con angustia hace ya mas de veinte años.

martes, enero 17, 2017

Peligros en la web


Por Rafael Hernández Bolívar

A finales de la década del setenta procuré estudiar con algún detenimiento el impacto que sobre la nueva educación habría de tener los grandes volúmenes de información con que la sociedad comenzaba a ser inundada. Para ese momento ya eran innumerables los datos que arrojaban investigaciones y registros de todo tipo, a la vez que era evidente la rapidez con que una información era reemplazada por otra más precisa. Me familiaricé con los conceptos y programas que se impulsaban desde la Unesco y desde programas regionales en función del diseño de sistemas de información nacionales a disposición de los ciudadanos. 

En Venezuela, con alguna claridad en el asunto y muchas y graves inconsecuencias, se trabajó siguiendo las ideas más avanzadas en su momento. Se decía que si bien la información era importante, mucho más lo era qué hacer con ella. Esto es, cómo conseguirla, cómo valorarla, cómo registrarla, cómo recuperarla, cómo acceder a ella y poner a disposición de quienes la necesitaban para la toma de decisiones en el trabajo, en la política, en la cultura, etc.

Por supuesto de allí se desprendía no sólo la necesidad de desarrollar una infraestructura apropiada de recursos materiales y humanos, sino también el aprendizaje de las destrezas que permitiera desenvolverse con éxito en ese aluvión permanente y capacitara para decidir sobre la importancia, la redundancia o la veracidad de la información. 

No hay espacio para analizar aquí el fracaso de aquellas pretensiones hace cuarenta años. Sólo quiero reseñar la importancia de retomar estos objetivos a la luz de un ciudadano consciente, informado y políticamente activo. 

Me asombra constatar cuánta necedad circula en la web y, peor aún, cómo en las redes sociales se repite mecánicamente -sin criterio ni razón- mentiras, difamaciones, atribuciones vulgarmente falsas y montajes de laboratorios de la perfidia. La discusión honesta y colectiva es un buen antídoto; pero, las técnicas apropiadas y los criterios claros también ayudan.

martes, enero 03, 2017

Tratandose de enemigos


Por Rafael Hernandez Bolivar

En una escena memorable de la película “Ahí está el detalle”, el alguacil de un tribunal manda callar a Cantinflas que, en ese momento, era procesado injustamente por un supuesto asesinato. Cantinflas responde airado: “¿Cómo que me calle? ¡Más respeto, señor! Yo no soy cualquiera. ¡Yo soy el acusado!”. Algo así podrían decir nuestros enemigos, adversarios y hasta nuestros aliados: “Más respetos, señores. Yo no soy cualquiera. ¡Yo no soy ni más ni menos que el enemigo!”

Y es que en verdad estas cualidades son demasiado importantes para no tratarlas con respeto. Una estrategia exitosa debe partir de una objetiva caracterización de amigos y enemigos, de ventajas y desventajas, de obstáculos y palancas. Si intercambiamos unos por otros, necesariamente nos perderemos.

Parece urgente en el campo revolucionario venezolano discutir con profundidad conceptos claves del hacer político cotidiano. Enemigo, adversario, aliado, entre otros, requieren de una severa y perentoria definición; pues, de la correcta caracterización de cada uno de ellos, de los sujetos que formarían parte de cada conjunto, dependerán la estrategia y tácticas a desarrollar en esta lucha por la conquista de una nueva sociedad. En consecuencia, no se puede abusar en la utilización de esos términos y desgastarlos por efecto de su uso inadecuado o impropio.

Es verdad que son conceptos relativos a determinadas situaciones y a conflictos específicos, alrededor de los cuales adquieren su pleno significado. Un mismo sujeto puede pasar de aliado a enemigo o a adversario. O seguir el camino exactamente al revés. En nuestra revolución y en todas las revoluciones, abundan ejemplos en uno u otro sentido. Pero está visión dialéctica e histórica no niega que en cada momento estas palabras tengan un significado preciso, sin equívocos, claro.