domingo, noviembre 08, 2015

Franklin Nieves viajó a Miami


Por Rafael Hernández Bolívar

Con esta maniobra la derecha internacional aspiraba a fundamentar sus ataques contra Venezuela

Una distinción necesaria

Es necesario distinguir entre lo que es el juicio a un ciudadano acusado de delitos específicos y los intereses políticos en juego alrededor de ese juicio. Lo primero hace referencia a las acusaciones, a la promoción de pruebas, a los alegatos de defensa, a la tipificación del delito de acuerdo a las leyes, a la sentencia del tribunal, a las apelaciones y a la sentencia final, bien sea absolutoria o de condena. Es decir, es asunto que decide el poder competente dentro de una sociedad democrática, el poder judicial.

El aspecto de los intereses políticos en juego es otra cosa, a pesar de que la persona procesada es un dirigente político nacional y que los delitos estén asociados a acciones dirigidas a conseguir determinados objetivos políticos. Es claro que atentar contra la vida de las personas, o crear situaciones que la sometan a riesgo, no tiene justificación política de ningún tipo.

Sin embargo, el hecho de que sean procesos distintos no significa que no existan relaciones y flujos entre ambos procesos. Lo substancial es tener claro cuando un hecho se refiere a uno u a otro, cuando se apela a uno de ellos para distraer u ocultar la verdad o la inconsistencias del otro. Sólo que los procesos son diferentes y los jueces también. En uno, son jueces debidamente investidos por el poder judicial y, en el otro, es el pueblo quien juzga y determina la responsabilidad, la culpabilidad o la inocencia del procesado.

En el caso planteado por el hoy ex-fiscal Franklin Nieves, supuestamente referido al área del proceso judicial es, en realidad, una jugada política orquestada para alcanzar objetivos políticos. Pero he aquí que para desnudar ese contenido político es necesario desvelar la verdad o la falsedad procesal contenida en la supuesta denuncia. Y, a favor de sus “confesiones” y las acusaciones derivadas de ellas, Franklin Nieves no aporta nada ni le ayuda su descalificada condición moral.

Si en algo parece haber acuerdo, tanto desde la óptica de la derecha venezolana como desde la perspectiva de la Revolución Bolivariana, es el acuerdo de calificar de inmoral el comportamiento de Franklin Nieves. Para unos mintió antes y ahora dice la verdad, para otros la situación es al revés. Hay también quien piensa que mintió antes en algunas cosas puntuales y miente ahora en otras.

Pero sea cual sea la postura que se asuma sobre esto, además de inmoral, ese comportamiento tiene la cualidad de acomodarse como anillo al dedo a la estrategia que han seguido durante años la derecha internacional y su cómplice criolla. Estas persiguen socavar el prestigio democrático y el carácter protector de los derechos humanos fundamentales con que el gobierno bolivariano ha signado sus actuaciones en la resolución de los conflictos políticos del país. Para la derecha este objetivo es imprescindible. Así podría justificar acciones directas contra el gobierno legítimamente constituido, refrendado, además, en elecciones libres y transparentes.

El momento oportuno

El adefesio de confesión de Franklin Nieves se produce en el momento en que  importantes organismos internacionales debían decidir sobre asuntos relacionados con los derechos humanos, apareciendo Venezuela como centro de esas decisiones y, en el país, el pueblo se apresta a realizar el proceso electoral de renovar la Asamblea Nacional. Nieves divulga un video en el que se inculpa de haber tergiversado pruebas dentro del juicio que condenó a Leopoldo López por la incitación a la violencia que ocasionó la muerte de 43 venezolanos durante las guarimbas de febrero del 2014. Dice además que esta irregularidad es apenas una muestra de las violaciones de los derechos humanos que comete el Estado contra los miembros de la oposición venezolana acusados de diferentes delitos.

Breves días después, el 28 de octubre, la ONU debía decidir si reelegía o no a Venezuela como miembro del Consejo de Derechos Humanos de ese organismo. La derecha se mueve con la intención de impedirlo. Publica el manifiesto “Venezuela no debe volver a integrar el Consejo de Derechos Humanos”, firmada por 36 asociaciones “internacionales”, siendo más de la mitad de ellas reconocidas agrupaciones de la oposición venezolana, y entre las restantes, destaca, ese ejemplo de “pulcritud y objetividad”, llamada Transparencia Internacional, la misma que otorgó en España la calificación de Municipio de Administración más Transparente al municipio (Sabadell) en donde seis meses después terminaron presos alcalde y concejales por ser exactamente la alcaldía española de corrupción desbordada. Sin mencionar, denunciadas en su oportunidad, las gestiones de chantajes y amenazas con que, directamente, EEUU intentó conseguir votos en contra de nuestro país.

Para el 29 de octubre, el Parlamento Europeo otorgaba el Premio Sajaroj mediante el cual ese organismo reconoce anualmente al más destacado luchador por la defensa de los derechos humanos a nivel mundial. La derecha europea, encabezada en este asunto, particularmente, por el Partido Popular español, promovió la candidatura de la MUD venezolana, obteniendo una clara derrota. No obstante, pretendió entonces que el ganador compartiera el premio con su candidato, pero la proposición fue igualmente rechazada. 

El afán de la derecha española no sólo tiene que ver con su militante apoyo a la oposición venezolana sino también a su deseo de refrendar su conducta descarada de combate al gobierno constitucional de Venezuela. Le resulta insostenible de cara a la sociedad civil sostener las mentiras contra nuestro país mientras los organismos internacionales le brindan amplio respaldo. ¿Cómo explicarle a la sociedad española que el país censurado y vapuleado  por ellos, al momento de la evaluación en cuanto al respeto y expansión de los derechos humanos, salga mejor parado que España? Dos ejemplos: 1) España después de tres vueltas, es elegida como miembro del Consejo de Seguridad de la ONU, con 132 votos, mientras que Venezuela fue elegida para lo mismo, en una sola vuelta, con ¡181 votos! y 2) En el informe de la ONU de julio, 2015, sobre la situación de los derechos humanos en diferentes países, España sale peor parada que Venezuela, con 26 graves observaciones sobre Expulsiones en caliente, Racismo policial, Desigualdad de género, Violencia machista, Trata de personas, Ley Mordaza, Esterilización de discapacitados, Aborto ilegal, Centros de Internamiento de Extranjero, etc. En contraste, a nuestro país le reconocen el avance en determinadas áreas y le exhortar a incrementar el esfuerzo en otras. La diferencia a favor de Venezuela es evidente. 

Como se sabe, a pesar de todas estas acciones que pretendían desprestigiar y  condenar nuestro régimen democrático, Venezuela salió fortalecida y respaldada por la comunidad internacional. El Presidente Maduro saludó la decisión con estas palabras: “Victoria de Venezuela en la ONU...Gran Victoria Moral...Hemos sido reelectos para el Consejo de Derechos Humanos del Sistema de la ONU... Un Triunfo de la Diplomacia Bolivariana de Paz”.

El video de Franklin Nieves no ayudó, no convenció a nadie.