miércoles, junio 10, 2015

El valiente Feli-pillo y el pantallero Ledezma


Por: Rafael Hernández Bolívar

Felipe González forma parte de la última comparsa. “Estarás en la primera plana de todos nuestros diarios”, le han dicho. “Te promocionaremos como valiente defensor de los derechos humanos”. Sabe muy bien que no corre ningún riesgo en un país respetuoso de las leyes. Acepta el papel. La prensa reaccionaria cumple. Reseña que el gobierno impide a González llevar su escolta armada. Sin embargo, nada dice de que las movilizaciones de este personaje son protegidas en Venezuela por el Sebin y por la Policía Nacional Bolivariana. ¡Hasta se detiene el tráfico para que se desplace sin colas ni contratiempos!
Por su parte, Ledezma es un actor consagrado. Recordamos la interpretación estelar que hizo sobre la camilla de una ambulancia en época del paro “cívico”. Allí, en vivo y en directo por Globovisión, vimos como con respiración asmática y dificultades para hablar, Antonio Ledezma narraba que las fuerzas del orden público habían arremetido contra una manifestación “pacífica” de ciudadanos. Tal declaración produjo en mí un ataque incontenible de risa en virtud de un mísero detalle: Segundos antes, sin cortes de ningún tipo, en vivo y en directo, habíamos visto al actorazo Ledezma, con voz clara y firme, impartiendo instrucciones a su partidarios para hacer más efectiva la movilización. En ese momento, alguien que no se ve en pantalla, dice: “Antonio, ya la televisión está aquí”. De inmediato, con una agilidad felina salta sobre la camilla, se coloca una mascarilla de oxígeno, compunge la cara e inicia su interpretación consagratoria: “La policía... arremetió ... de manera salvaje... contra esta... pacífica manifestación…”
No he dejado de imaginarme la cara que pondrá para recibir al valiente Feli-pillo. Ensaya frente a un espejo, modela la cara y los gestos más convincentes. Busca el mejor ángulo para proyectar la imagen de “mártir por la libertad”. O la demacrada cara que refleje la caprichosa enfermedad de la que se valen los políticos venezolanos para evadir la justicia y obtener beneficios.
-Antonio, ya la televisión está aquí.