martes, agosto 01, 2017

No es fácil


Por Rafael Hernández Bolívar

La situación política del país es difícil hoy. También es verdad que el pueblo en revolución ha asumido con decisión y esperanza los grandes retos necesarios para cambiar esa realidad.

Toda la derecha nacional e internacional, en “santa alianza”, enfilan sus baterías antidemocráticas contra Venezuela, contra su gobierno y contra sus ciudadanos. De manera descarada, pertinaz e inmoral los poderosos medios de comunicación en manos de los intereses imperialistas mienten sobre el país e invisibilizan los esfuerzos de la mayoría de los venezolanos por la construcción de la paz, por el fortalecimiento de la democracia o por la superación de las dificultades económicas. En sus “informaciones” privilegian las acciones criminales de sicarios contra los ciudadanos a quienes secuestran en sus casas impidiendo su derecho a la libre circulación, o al ejercicio del voto. Sicarios que no dudan en ejecutar horribles asesinatos contra personas que piensan diferente o que ejercen su deber de funcionarios públicos. Son acciones terroristas para fracturar la unidad del pueblo, para quebrar su moral y su voluntad de lucha, para usurpar su poder soberano y liquidar la esperanza de Revolución en Latinoamérica y el Caribe.

El Presidente Nicolás Maduro ha actuado con gran talento político ante la arremetida despiadada y fascistoide de la reacción criolla y foránea. Tendió puentes para el diálogo, respondió a las agresiones terroristas con firmeza, a la vez que con apego escrupuloso al respeto de los derechos humanos, enfrentó la conspiración denunciando en los grandes foros internacionales su motivación y desenmascarando a los cipayos del imperialismo gringo.

Pero, sin duda, su mayor acierto ha sido la convocatoria a la Asamblea Nacional Constituyente, pues con ello ha restituido la palabra al pueblo soberano, quien debe decidir sobre los grandes conflictos nacionales, sobre la necesaria integración del Estado, sobre los mecanismos de control y de aislamiento a los terroristas y sobre la consolidación de la paz y a la democracia.