miércoles, mayo 27, 2015

La primavera española


Por Rafael Hernández Bolívar

“Se acabó el invierno y llega la primavera… hemos salido más que vivos de un invierno en trincheras enfangadas en el que nuestro adversario pensaba derrotarnos”,  ha dicho Pablo Iglesias. De esta manera, el líder de Podemos saludaba el gran avance que las fuerzas del cambio han alcanzado en las elecciones municipales y autonómicas del pasado domingo 24 de mayo. 
Un invierno signado por  la modorra y la desesperanza incubadas por una larga transición de la dictadura franquista a una democracia chucuta, de élites y de complicidades. Marcado también por el adormecimiento de la movilización popular y la renuncia a las reivindicaciones. Y, más recientemente, acompañado por ataques inmisericordes y calumniosos contra los dirigentes y contra las formulaciones  políticas transformadoras generadas al calor de la insurgencia de Podemos.
Pero puede más la voluntad de lucha y la fe en el pueblo. Y es que en España el bloque político para el cambio se está construyendo con una fórmula infalible: Desde el pueblo; a partir de los problemas creados por una sociedad estructurada para favorecer los intereses del gran capital; sobre la organización, la movilización y la lucha de los ciudadanos.
La calle se llenó de gritos de protestas ante una clase política corrupta y servil frente a los intereses de los grandes capitales, a la par que displicente a las exigencias de las grandes mayorías. La protesta tomó cuerpo de indignación en las plazas y se movilizó por las ciudades. La gente desveló la trama de corrupción y la disposición de los gobiernos de la derecha a sacrificar al pueblo en aras de los banqueros, del gran capital y del mercado.
La derrota propinada al Partido Popular en los más importantes bastiones del país no deja dudas sobre la consolidación de una decidida voluntad de cambio. Aún no se ha roto el espinazo del bipartidismo; pero, se resiente de fisuras y fracturas y no luce factible su recuperación de las heridas, sino el empeoramiento de su gravedad.