martes, agosto 13, 2013

El pantallero Ledezma


Por: Rafael Hernández Bolívar

He sido testigo de por lo menos dos perlas del pantallerismo político de Antonio Ledezma.

En 1993, acompañado de comerciantes saqueados del 92, después de una desesperante antesala de seis horas, nos recibió en su despacho de gobernador y escenificó lo siguiente: Recriminó a los subalternos por no haber sido informado de inmediato de nuestra presencia y de no atender nuestra urgida situación. Seguidamente censuró, con la cara enrojecida por la indignación, la irresponsabilidad de las Compañías de Seguros que no indemnizaron a los afectados y concluyó con la promesa de mover toda su influencia y sus recursos para que las desamparadas víctimas del saqueo recibieran apoyo gubernamental. Nos despidió calurosa y solidariamente. Sin embargo, no hizo gestión alguna; nunca más supimos de él y no fue posible que nos recibiera nuevamente.

La segunda perla me la deparó la magia de las trasmisiones en directo de Globovisión.  En los días de la conspiración de abril de 2002 se realizaba una manifestación en La Guaira. Desde los estudios dan un pase a una periodista que se encontraba en el lugar de los acontecimientos. Aparece un Ledezma animado y combativo, dando instrucciones a sus seguidores de cómo había que mover la gente e incentivar las acciones. Alguien -que no se ve en pantalla- dice: “Antonio, ya la televisión está aquí”.  De inmediato, Ledezma se coloca una máscara de oxigeno, se acuesta en una camilla y con voz sofocada y débil inicia sus declaraciones: “La policía... arremetió ... de manera salvaje... contra esta... pacífica manifestación de ciudadanos...” El ataque de risa ante semejante payasada me impidió escuchar más. Sólo recuerdo la cara de estupefacción de la periodista que, pese a estar preparada para la escena, supongo que la desconcertó el insólito histrionismo del personaje.


Hoy, cuando lo veo con sus poses de inmaculada integridad no dejo de recordar la frase del anónimo asistente: “Antonio, ya la televisión está aquí”.