miércoles, abril 22, 2015

Poca vergüenza


Por Rafael Hernández Bolívar

Un solitario aplauso recibe a Julio Montoya en el aeropuerto de Madrid.  Anunciado como el portador de valiosos documentos que revelarían el supuesto financiamiento a Podemos  por parte del gobierno bolivariano de Nicolás Maduro, sin embargo, fue totalmente ignorado por los transeúntes y ninguno de sus contratantes se tomó la molestia de ir a recibirlo. Salvo los periodistas de televisión y tres personas con una bandera, no había nadie más esperándole. El show mediático, no obstante, continuó imperturbable.
Los representantes de la oposición tienen abundantes dólares y no pocos euros.  Sólo así es posible su internacional peregrinaje turístico. Tan pronto están en Miami o New York como en Panamá o en Madrid. O en cualquier ciudad del mundo donde encuentren un auditorio dispuesto a secundarlos en mentiras e infamias. 
Pues no sólo se trata de la evidente capacidad financiera que paga viajes y encuentros sino también de la disposición de medios de masivos de comunicación y la garantía de “impunidad mediática”. Dinero que no se sabe de donde sale e impunidad mediática definida como la práctica de difamar, mentir e insultar, no digamos ya sin temor a ninguna consecuencia jurídica sino con la absoluta seguridad de que no serán refutados porque quienes tienen argumentos para hacerlo no tienen acceso a esos medios de la reacción internacional.
Pero Julio Montoya no llevó prueba alguna. No hay recibos, transferencias, contratos o cualquier documento que evidencie el financiamiento a una organización política española por parte del gobierno venezolano. No les queda otro camino que especular e inventar, o procurar encontrar entre los fulanos documentos afinidades ideológicas entre Podemos y lo que sucede en Venezuela. 
Como se dice allí, hay que tener “mucho morro”; es decir, poquísima vergüenza, para ir a otro país a mentir sobre las instituciones y la voluntad de la mayoría de los venezolanos, poniéndose al servicio de la casta política responsable de la situación española, proveedora de presos por corrupción.