miércoles, marzo 25, 2015

El perverso lobby israelí

El perverso lobby israelí
Por: Rafael Hernández Bolívar

John J. Mearsheimer y Stephen M. Walt escribieron un libro esclarecedor sobre la manera como opera el lobby del Estado de Israel para influir en la política exterior norteamericana: El lobby israelí y la política exterior estadounidense.
Describen allí como apoyan, sobornan y seducen a los candidatos favorables a su política expansionista y cómo aíslan, combaten y amenazan a los candidatos críticos de esas políticas. Los autores dicen que los candidatos demócratas a la presidencia “dependen de los apoyos judíos hasta en un 60% del dinero recibido”. Relatan la influencia del lobby a través de periodistas, investigadores, expertos y otros referentes de la opinión pública.
Reseñan pormenores de su influencia en la universidad mediante la persecución y hostigamiento de profesores que no comparten sus políticas. Tales acciones incluyen demandas infundadas sobre supuestas conductas antisemitas, lluvia de cartas y correos electrónicos de protesta o amenazas o, directamente, solicitudes de renuncia o despido. Es célebre el asedio contra el célebre escritor palestino Edward Said que enseñó en la Universidad de Columbia. En este caso, también la universidad fue objeto de la furia y de los ataques de los lobbistas.
Finalmente, destacan la efectividad del lobby israelí, expresado para el 2006 en el lugar privilegiado que tiene Israel en la política exterior norteamericana. Además del apoyo diplomático y militar de EEUU a las políticas sionistas, Israel es “el mayor receptor anual de ayuda directa estadounidense tanto militar como económica desde 1976 y el mayor receptor total desde la segunda guerra mundial… Gracias al Lobby, los EEUU se han convertido en el “consentidor” de facto de la expansión israelí en los territorios ocupados, convirtiéndose en cómplice de los crímenes perpetrados contra los palestinos… ”.
Por supuesto, hay una identidad de intereses entre la cúpula imperialista y el Estado de Israel. Pero, sin duda, la actuación del lobby israelí ha potenciado la puesta en marcha de las acciones.