sábado, septiembre 09, 2006

Morir por la patria




Por: Rafael Hernández Bolívar


Duele la muerte de un ser humano. Duele mucho más cuando constatamos en ellos seres humanos responsables, trabajadores, solidarios y con ganas y voluntad para asistir a enfermos y desemparados. Gente que hace falta, que cumple un servicio, que sacrifica su vida por el bienestar de otros.


Adquiere un aspecto desgarrador cuando se trata de una médico que, dejando a su familia y a su país, ha venido a brindar apoyo y velar por la salud en barrios muy pobres y desasistidos de nuestra patria; con el coraje y la voluntad de luchar junto a los débiles, compartiendo sus angustias y sus riesgos. Raquel de los Ángeles Pérez Ramírez, la valiente médico cubana asesinada en Petare, rinde su vida como antes lo hicieron otros dos médicos de la Misión Barrio Adentro, compartiendo el destino de anónimos venezolanos asesinados por la delincuencia.


Igualmente triste nos resulta la muerte de un joven policía del Comando Motorizado de la Policía Metropolitana, muerto a consecuencia de unos disparos recibidos cuando acudía a socorrer a una mujer sometida por unos hampones. Róger Barcenas Torres tenìa 24 años de edad, un hijo, una esposa, una familia.


Nos hemos acostumbrado de tal manera a las muertes provocadas por el hampa que apenas nos detenemos a lamentar estas muertes. No acabamos de asimilar el golpe cuando nuevas muertes opacan a las anteriores.


El gobierno está dando una dura pelea. Los programas sociales y las estrategias económicas apuntan a la raíz del problema: Educación, salud, alimentación, empleo, justicia son estrategias para superar la marginalidad y combatir la delincuencia. Pero sus efectos son a largo plazo, se necesitan muchos años de labor sostenida para avanzar significativamente.


Por eso son desoladoras estas muertes. Nos dicen que la represión no logra poner freno, que los avances son desesperantemente lentos y que son muchas vidas que nos arrebatará la delincuencia antes de lograr tranquilidad para la gente.
¡Hay que acelerar el paso y redoblar los esfuerzos!

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