martes, diciembre 22, 2015

Nuevas situaciones, nuevas tácticas


Por Rafael Hernández Bolívar

Flujo y reflujo, auge y caída, fortaleza y debilidad, etc., en fin, maneras distintas de describir los saldos del esfuerzo del pueblo por construir una sociedad justa, humana, democrática, socialista. El alcance de mayores niveles de bienestar no es una línea recta. Es una línea quebrada que a veces avanza tres peldaños para retroceder dos y, también, en otras oportunidades, se avanza tres peldaños para luego descender cuatro. Pero al final se va perfilando en el horizonte la silueta de un mundo posible, cuya distancia, próxima o lejana, dependerá de los esfuerzos de hoy.

La Revolución no es un único polo. Siempre habrá quien se oponga a ella. Porque se vulneran privilegios y se combaten usurpaciones. Porque el bienestar de las mayorías supone la liquidación de minorías con prerrogativas y derechos excepcionales. Más aún, estos contrarrevolucionarios cuentan con aliados a nivel internacional que le brindan apoyo, pues entienden que la redención de los oprimidos de un país será inevitable aliento para los que sufren injusticias en sus propias tierras. En consecuencia, luchan también, organizar sus fuerzas y recursos, emprenden ataques y, eventualmente, pueden obtener algunos éxitos.

Es el momento, entonces, de continuar la lucha en una nueva situación y definirla a partir de sus peculiares características. Las fuerzas que impulsan la transformación radical de la sociedad con miras a lograr mayores niveles de justicia y de desarrollo humano, sin renunciar a  sus  objetivos estratégicos fundamentales, están obligadas a modificar sus tácticas y adaptarlas a las nuevas condiciones. Pero la autocrítica no puede ser autoflagelante ni estéril; entre otras cosas, porque los procesos no se detienen a la espera de la resolución de nuestras discusiones e interpretaciones.

Hay que crear espacio y tiempo para la acción política hoy, a la par que se establecen responsabilidades, se sancionan conductas perniciosas y se corrigen errores. Hay que defender lo conquistado y doblar esfuerzos por ampliarlo, por avanzar en nuevos logros.