Por: Rafael Hernández Bolívar
Las crisis revelan aspectos que suelen pasarse por alto en
condiciones normales. Por intención de los beneficiados o por descuido de los
afectados, diferencias en la distribución de las cargas permanecen camufladas u
ocultas hasta que el peso de las evidencias termina por hacer añicos la ilusión
de armonía: Las grandes crisis del capitalismo tienen el efecto perverso de
hacer más ricos a los ricos mientras provocan consecuencias contrarias entre la
clase media y los más pobres.
En los últimos cinco años de crisis económica global, los
países de la Comunidad Económica Europea registran en sus estadísticas una
ampliación ostensible de la brecha que separa a ricos y pobres. Ni siquiera
Alemania, la más sólida economía de la eurozona, escapa a este designio fatal.
Del otro extremo, España -una de las economías peor paradas en la CEE- es, a su
vez, el país que ha marcado la mayor distancia ricos-pobres y quien con mayor
saña ha hecho recortes en salud, en educación y en cultura, con la inevitable
consecuencia de acentuación de los males. A tal punto, que en la prensa
española son frecuentes titulares como: “La clase media enfila la cuesta
abajo”, “Los ricos, aun más ricos”, “Los contribuyentes financian bancos
quebrados”, etc.
En Venezuela, los efectos de esa crisis global han sido
diferentes: Se avanza hacia una distribución más igualitaria de los ingresos y
se amplía la cobertura de la seguridad social. Programas sociales de gran
alcance dirigidos a superar problemas de salud, vivienda, alimentación,
educación, etc., vienen acortando diferencias e igualando oportunidades entre
clases y sectores sociales.
Las políticas públicas -derivadas de una relación de
compromiso con las mayorías o, por el contrario, con las minorías privilegiadas-
son el fundamento de que la distribución de las cargas sea diferente entre los
países. En Europa y EEUU toman la decisión de asumir la crisis defendiendo los
intereses del gran capital. En Venezuela nos radicalizamos a favor de las
grandes mayorías y del socialismo.