Por: Rafael Hernández Bolívar
Rigoberto Lanz publicó un denso artículo intitulado “El peso de las ideas”. Estructurado con claro sentido didáctico, tiene la virtud de apuntar asuntos vitales de nuestra revolución.
Sin ideas revolucionarias no puede haber revolución. O dicho con mayor precisión en palabras de Lenin: “Sin teoría revolucionaria no hay práctica revolucionaria”.
Viene esto a reivindicar la importancia de la lucha ideológica. “Las ideas comandan la vida de la gente (sabiéndolo o sin saberlo). Las ideas están detrás de cuanto se hace o deja de hacerse”, ha dicho Lanz y con esto ha puesto el dedo en la llaga de la corrupción y de la ineficiencia, entre otros asuntos. ¿Cómo explicar la incapacidad del gobierno bolivariano –o, por lo menos, su desesperante lentitud- para resolver grandes problemas del país? ¡Las ideas que orientan a los funcionarios en su acción de gobierno son las mismas ideas atrasadas que prevalecieron en la Cuarta República! Derrotadas a nivel político, subsisten, sin embargo, como diría Gramsci, en el pensamiento y la acción de la gente.
Puede objetarse que esto no parece válido en la medida que son esos mismos funcionarios quienes se expresan en términos radicales y permanentemente mantienen en su boca la palabra Revolución. Pero la psicología aporta una explicación clave: Lo que expresa la gente no es necesariamente lo que piensa. La palabra es un recurso táctico. Puede decir una cosa y hacer lo contrario. Lo que si es verdad es que siempre procura actuar como piensa. En general, lo que hace responde a sus reales intereses que no siempre coinciden con el discurso.
Así, a manera de ejemplo, el funcionario que hace triquiñuelas para hacerse de dinero a costillas del Estado, más allá del delito, ¿no nos está revelando que no cree en el socialismo y que se ve a si mismo dentro de 10 o 20 años en una Venezuela capitalista, disfrutando del dinero que hoy se roba?
También la lucha ideológica supone descubrir en las conductas cotidianas de la gente las ideas de atraso que conspiran contra la Revolución.
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