domingo, julio 26, 2015

La “peligrosidad” del Papa Francisco


Por Rafael Hernández Bolívar

FoxNews, la cadena norteamericana de noticias, ve un peligro en la labor evangelizadora que el Papa hace por la paz y la justicia

Un hombre peligroso
Uno de los presentadores estrella de la cadena de noticias FoxNews, Greg Gutfeld, ha dicho, entre gestos de irritación y molestia, que el Papa Francisco “es el hombre más peligroso del planeta” y, para hacer más patética la estrambótica acusación, agrega: “no le faltan más que los rastas y un perro con un pañuelo, y podrá manifestarse en Wall Street".
Los comentarios se producen en un programa en que se reseñaba la reciente encíclica papal Laudato, si’, en la cual el Papa Francisco plantea que todos los hombres de buena voluntad definamos y llevemos a cabo una relación respetuosa con nuestro ambiente y deshagamos prácticas y conductas que le han hecho mucho daño al planeta y amenazan con su destrucción.
De manera involuntaria el presentador nos revela la razón de su agresión y centro de sus pagadas atenciones: Wall Street. Es decir, sus intereses de máximo beneficio, sin la menor preocupación por el daño humano o ecológico que suponga la obtención de esa codiciosa meta.
El Papa Francisco ha dotado su labor evangélica de una profunda comprensión de las causas reales de los problemas de las sociedades contemporáneas y ha topado con los depredadores del planeta, los explotadores de los recursos y de los hombres en función de beneficios particulares. Y ha ido a más, lo ha dicho como forma de tomar conciencia de la gravedad de la situación y la necesidad urgente de los cambios. Este sistema de desigualdades y de exclusión que mata nuestro planeta no da para más. Por supuesto, como ya se ha dicho, “la verdad es revolucionaria” y, ante su revelación, se irritan explotadores y farsantes.
Inevitablemente las prédicas de amor, de solidaridad y de justicia con que el Papa Francisco impregna su compromiso religioso levantan ronchas en los centros de poder. 
También sin proponérselo el  presentador Gutfeld ha reivindicado a los jóvenes neoyorkinos que protestaron frente a Wall Street. Hoy deben sentirse acompañados por el Papa.
Lo que dice el Papa
«Laudato si’, mi’ Signore» – «Alabado seas, mi Señor », es la carta encíclica del Papa Francisco sobre el cuidado de la casa común, firmada en Roma el 24 de mayo de 2015 e inspirada en las enseñanzas de Francisco de Asis; pues, fueron en él “inseparables la preocupación por la naturaleza, la justicia con los pobres, el compromiso con la sociedad y la paz interior.”
La publicación que hace de ella la Tipografía Vaticana consta de 192 páginas divididas en capítulos sobre temas específicos. Arranca con una visión sobre lo que está pasando hoy con nuestro planeta en cuanto a contaminación ambiental; el cambio climático; la contaminación, la basura y la cultura del descarte; el clima como bien común, la cuestión del agua, la pérdida de la biodiversidad, el deterioro de la calidad de vida humana y la degradación social y, sobre todo, la debilidad de las reacciones ante estas calamidades.
Seguidamente, los capítulos Segundo, Tercero y Cuarto de la Encíclica, están dedicados a extraer de los textos bíblicos, de la palabra de los padres de la iglesia e incluso de la investigación y de la ciencia, los conceptos clave que permiten comprender integralmente las amenazas que se ciernen sobre nuestra casa común. Desfilan por estas páginas aspectos tales como el mensaje de cada criatura en la armonía de todo lo creado; el destino común de los bienes; la tecnología, creatividad y poder; la globalización del paradigma tecnocrático; el relativismo práctico; la innovación biológica a partir de la investigación; la ecología integral, economía y sociedad y, valores de suma importancia como el principio del bien común y la justicia entre las generaciones.
Los capítulos finales establecen líneas de orientación y acción dirigidos a tomar conciencia de la dimensión y el riesgo que tiene para la vida humana el deterioro de nuestra casa común y la necesaria acción de los hombres sobre esa realidad, a través del diálogo, la transparencia y los principios cristianos de amor, solidaridad y justicia.

¿Peligro para quién?
El Papa Francisco contribuyó a establecer puentes para el diálogo entre EEUU y Cuba en función de relaciones diplomáticas mínimamente civilizadas y respetuosas entre dos gobiernos de visiones y prácticas políticas opuestas. Y, esto, por supuesto, se hizo en pro de la paz y no de la guerra. En todo caso, los perjudicados de esta acción serán los promotores de la guerra, los vendedores de armas, los terroristas cobijados en el inframundo del sabotaje y la conspiración.
Ante la imagen dolorosa de cadáveres de inmigrantes africanos sobre las playas de Europa, el Papa Francisco expresó: “La palabra es vergüenza”. Sólo ella puede recoger el sentimiento de frustración ante la insensibilidad, el egoísmo, la injusticia y la insolidaridad de los Estados europeos ante el drama de África que esos mismos Estados ayudaron a crear.
Ver la protección y conservación de la naturaleza no sólo como creación de Dios sino también como la casa común de los hombres es una visión alentadora de la comunión y la solidaridad. Quizás ese sea el verdadero peligro para quienes ven como único bien posible el aumento de sus ganancias, así incluya el deterioro del ambiente y la explotación de los hombres. Porque, al fin y al cabo, como lo ha dicho Bertrand Russell, la indiferencia de los buenos es lo que provoca el daño de los malvados.
Yo me anoto en esa misión del peligro de los buenos contra los malos.

Diario VEA

miércoles, julio 22, 2015

Un hombre peligroso


Por Rafael Hernández Bolívar

Uno de los presentadores estrella de la cadena de noticias FoxNews, Greg Gutfeld, ha dicho, entre gestos de irritación y molestia, que el Papa Francisco “es el hombre más peligroso del planeta” y, para hacer más patética la estrambótica acusación, agrega: “no le faltan más que los rastas y un perro con un pañuelo, y podrá manifestarse en Wall Street". Los comentarios se producen en un programa en que se reseñaba la reciente encíclica papal Laudato, si’, en la cual el Papa Francisco plantea que todos los hombres de buena voluntad definamos y llevemos a cabo una relación respetuosa con nuestro ambiente y deshagamos prácticas y conductas que le han hecho mucho daño al planeta y amenazan con su destrucción.
De manera involuntaria el presentador nos revela la razón de su agresión y centro de sus pagadas atenciones: Wall Street. Es decir, sus intereses de máximo beneficio, sin la menor preocupación por el daño humano o ecológico que suponga la obtención de esa codiciosa meta.
El Papa Francisco ha dotado su labor evangélica de una profunda comprensión de las causas reales de los problemas de las sociedades contemporáneas y ha topado con los depredadores del planeta, los explotadores de los recursos y de los hombres en función de beneficios particulares. Y ha ido a más, lo ha dicho como forma de tomar conciencia de la gravedad de la situación y la necesidad urgente de los cambios. Este sistema de desigualdades y de exclusión que mata nuestro planeta no da para más. Por supuesto, como ya se ha dicho, “la verdad es revolucionaria” y, ante su revelación, se irritan explotadores y farsantes.
Inevitablemente las prédicas de amor, de solidaridad y de justicia con que el Papa Francisco impregna su compromiso religioso levantan ronchas en los centros de poder. 
También sin proponérselo el  presentador Gutfeld ha reivindicado a los jóvenes neoyorkinos que protestaron frente a Wall Street. Hoy deben sentirse acompañados por el Papa.

domingo, julio 19, 2015

El cañón de la pistola alemana sobre la sien griega


Por Rafael Hernández Bolívar
  
La firma del acuerdo por Alexis Tsipras es la resultante provisional de las insalvables contradicciones entre la voluntad de rechazo del pueblo griego a la troika y el deseo simultáneo de permanecer en la zona euro,  de la necesidad de ganar tiempo para una alternativa viable y del poder financiero absoluto de Alemania para imponer sus políticas.

Sí o sí
Desde la madrugada del pasado lunes, fecha en la que el Eurogrupo arribó al “acuerdo” sobre la deuda griega, no he dejado de recordar el siguiente episodio personal.
En una noche cuartorrepublicana de 1976, de esas que los idílicos escuálidos recuerdan como “ausentes” de delincuencia, caminando por San Agustín del Norte, al cruzar una esquina topo con un hombre que, pistola en mano apuntando al suelo, se dirige a mí: “Pana, ¿me regalas dos bolívares?” Sin duda, ustedes comprenderán que ante esta “amigable” solicitud, busqué en mis desolados bolsillos y, para suerte del malandro y mía, más mía que del malandro, conseguí un billete de veinte bolívares que, de inmediato, le “regalé” al cobrador de peaje de pistola en mano.
Y es que la exhibición obscena de poder intimidante de Alemania en la “negociación” con Grecia, ante la aprobación obligada del resto del barrio europeo, no admite diferencias con el malandro que me toco en suerte. Con apenas un matiz a favor de éste último: Mostró más condescendencia; su pistola apuntaba al piso y no a la sien y sus palabras no fueron agresivas o amenazantes. En el caso del banquero alemán, la pistola estaba sobre la sien del pueblo griego, mientras vociferaba amenazas no sólo contra todo un pueblo sino contra el resto de países que cuestionaran su voluntad absoluta de dominación.
Y muy probablemente la imagen se queda corta. Quizás, la expresa mejor aquel suceso que trasmitió la televisión colombiana, hace algunos años, en donde vimos a una señora con un collarín de explosivos sobre su cuello y cuyos familiares debían conseguir, en veinticuatro horas, la suma exigida por los paramilitares para así evitar que activaran el detonante.
No hubo negociación, hubo extorsión 
La troika cortó el flujo de liquidez para obligar al cierre de los bancos griegos. Pretendían la caída del gobierno. Hacerles sentir todo el poder de chantaje del sector financiero alemán, dueño y señor de la situación, beneficiario de los intereses, los préstamos y las ventajas de los acuerdos. Desde el lunes las bolsas europeas celebran el acuerdo, aumentan los índices de operaciones y rentabilidad y disminuyen los riesgos de insolvencia. Han hecho su agosto con la tragedia griega.
Hubo desconocimiento de los principios democráticos básicos que supuestamente orientan la Unión Europea. Les importó un comino la aplastante mayoría del pueblo griego que expresó su rechazo a los términos leoninos del acuerdo. Manejan a su antojo las instituciones. Sacan de la reunión de los ministros de finanzas al ministro griego y discuten sin su presencia asuntos fundamentales. Incluso, en las reuniones en que participa, le escuchan sin prestarle atención, o le miran como diciéndole: "Tienes razón en lo que dices, pero te vamos a aplastar de todas formas".
Los países en peor situación, los que han recibido rescates similares, en lugar de solidaridad con Grecia, se han convertidos en los más fervientes incondicionales de Alemania, temerosos de que el pueblo heleno tenga éxito y sus propios pueblos en sus países provoquen los cambios políticos necesarios para retar el poder financiero alemán y darle un vuelco a las negociaciones y los acuerdos.
El gran poder mediático de los centros de decisión europea ha logrado distorsionar lo que realmente ocurre con la deuda griega. Aquellos han convencido a sus pueblos de que los préstamos a Grecia han sido para aliviar las necesidades y carencias del pueblo griego cuando en realidad han sido préstamos que se otorgan los banqueros a si mismos para resolver su bancarrota u obtener ganancias extras; pero, en la operación el que paga es el pueblo griego. Incluso ahora, con este nuevo rescate, el dinero irá a la cancelación de deudas con los bancos, lo que acarreará nuevos intereses.
Grecia sola, sin la presencia solidaria de movimientos políticos en el seno comunitario europeo, sin fuentes de financiación alternativos en otras partes del mundo, sin una fuerza interna organizada e ideologizada para la revolución y la ruptura radical, no tuvo otra opción que firmar un acuerdo humillante, injusto y de terribles consecuencias para su economía y bienestar. 
¿Syriza engañó al pueblo griego o burló su decisión? No. El pueblo estaba consciente  que los intereses alemanes no estaban dispuestos a ceder. No obstante decidió plantarles cara apelando al valor de la democracia y al sentido de justicia. Y perdió porque la actual clase política europea está entregada a los intereses del gran capital y no le interesa ni valora la democracia. ¿Tsipras fue consecuente con la decisión del pueblo griego? Sí. Luchó a brazo partido por convencer a miembros de la Unión Europea, por buscar apoyo internacional dentro y fuera de la UE, por denunciar la manipulación, el chantaje, la ilegalidad y la injusticia asociada a la deuda y la necesidad de su reestructuración. Argumentó en contra de todas las condiciones que impone la troika.  Pero no dependía de su voluntad los términos del acuerdo y el pueblo griego lo sabe. Por eso, pese a la frustración y la indignación no disminuyó el apoyo al gobierno de Tsipras.
Syriza debe aprovechar este breve respiro para ganar al pueblo a una salida del euro, a elaborar una estrategia que lo haga viable y apostar que avancen los movimientos de la protesta y el cambio en el seno de otros países europeos. 
En realidad, la batalla con los frentes claramente definidos entre los pueblos contra el neoliberalismo, apenas acaba de comenzar una nueva etapa en Europa.

domingo, julio 12, 2015

La democracia griega plantó cara al chantaje


 Por Rafael Hernández Bolívar

En la noche del domingo 5 de julio, miles de personas celebraron en las calles y en las plazas de Grecia la amplia victoria del pueblo en el referendo celebrado ese día. Con una diferencia de mas de 22 puntos porcentuales a favor, el NO se hace con una amplia victoria. De esta manera, los griegos responden con dignidad al chantaje, a las amenazas y a las acciones de terrorismo económico y psicológico con que la troika (Fondo Monetario Internacional, Banco Central Europeo y la Comisión Europea) intentaba humillar y doblegar la voluntad popular de justicia y soberanía.

No es no
Cinco años de sometimiento a las recetas neoliberales de la troika condujeron a Grecia a la bancarrota. Siguiendo sus instrucciones fueron despedidos miles de trabajadores, disminuido el monto de las pensiones, aumentados los impuestos, recortados los programas sociales, de educación y de salud. Pero la aplicación de todas estas medidas sólo trajo pobreza y un engrosamiento colosal de la deuda externa. El Producto Interno Bruto disminuyó en un 25%, haciendo imposible el pago de la deuda y el sostenimiento del país.
Peor aún, toda estas medidas lograron transferir deuda privada al Estado, convirtiendola deuda pública mediante una estafa insólita. Se maquillaron los estados cuentas en función de obtener préstamos que luego pasaban casi íntegros al sector bancario, básicamente alemán y francés, y una parte menor para la banca privada griega. Notitia criminis: Mario Draghi, actual presidente del Banco Central Europeo,  era vicepresidente de Goldman Sachs International, la empresa que ayudó a ocultar la situación real de Grecia. Un caso emblemático señalado por Varoufakis: Del préstamo de 26 mil millones de euros otorgados por España, sólo el 9% ingreso a las arcas griegas. El 91% restante fue abonado directamente a los bancos matrices de Alemania y Francia para solventar las dificultades de sus sucursales griegas.
Ante esta situación, Alexis Tsipras, Primer Ministro griego, planteó la necesidad de renegociar la deuda en términos de justicia que permitiera no sólo el cubrimiento de los compromisos legítimos sino también la recuperación de la economía y el sostenimiento de las necesidades básicas del pueblo. Sin embargo, tercamente, la troika rechazó los planteamientos del gobierno griego y exigió que Grecia continuara aplicando las medidas ya fracasadas. Más aún, formula un ultimátum en términos de que si no aplica las medidas establecidas suspenderá los créditos y ayudas programadas.
En respuesta a este ultimátum, en una acción audaz, a la par que de gran responsabilidad histórica y sentido democrático, el Primer Ministro Alexis Tsipras convoca a un referendo en el cual el pueblo manifieste su voluntad de aceptar o rechazar las condiciones de la troika.
Por su parte, en una muestra descarada de intromisión en una consulta cuya decisión sólo le corresponde al pueblo griego, la troika suspende las conversaciones con el gobierno de Tsipras y corta el flujo de liquidez necesaria para el funcionamiento de la economía, lo que obliga a cerrar los bancos. Ambas medidas estaban dirigidas a crear incertidumbre y miedo entre la población que debió decidir en este escenario de angustia y de chantaje. Con toda razón, Yanis Varoufakis, dijo: “Lo que hacen con Grecia tiene un nombre: terrorismo”.
A nivel interno, la derecha griega secunda la posición de la troika y acentúa el terror. Los medios de comunicación privados despliegan una campaña histérica pintando las catástrofes que caerán sobre Grecia si se atreve a desafiar el poder omnímodo de la troika. Muestra hasta la exageración las dificultades ocasionadas por el cierre temporal de los bancos: Las colas, los pensionados que no pueden sacar dinero para cubrir necesidades básicas o compra de medicinas, etc. Y a su vez, presentan todo esto como un adelanto de las dificultades futuras que se confrontarían si no se vota por el SI; es decir, si no se obedecen las medidas de la troika. Todo ello produjo un impacto negativo en las encuestas iniciales que daban una abrumadora ventaja a la intención del voto por el NO y llegaron a colocar las opciones en un virtual empate técnico. Sin embargo, pudo más el pudor y la dignidad del pueblo griego que supero el chantaje y el terrorismo económico, revirtió la tendencia de las encuestas y ejerció en las urnas su voluntad soberana de decidir su futuro.

Alexis Tsipras, forjador de la victoria
El Primer Ministro griego dijo que la democracia no podía ser sepultada en el país en donde tuvo su origen. Acudió con plena confianza al pueblo. Tiene la absoluta convicción de que sólo la voluntad del pueblo es inapelable. Al acudir a las urnas a depositar su voto, a primera hora de la mañana, expresó: “Hoy Grecia toma en sus manos su destino… Nadie puede ignorar la voluntad de los griegos. A partir de mañana se abre un camino, para todo el pueblo griego, de regreso a los principios fundamentales de la democracia y de la solidaridad en Europa, a una Europa de dignidad”.
Al cierre de la jornada toma de nuevo la palabra para decir: “El referendo es en si mismo una victoria. Hemos demostrado que la democracia no puede ser chantajeada… Es necesaria la reestructuración de la deuda y mañana mismo reiniciaremos las conversaciones”. Hay, por supuesto, a partir de ahora, una diferencia importantísima: La explícita decisión del pueblo de rechazar los términos y ultimátum de la troika.
El voto de este 5 de julio, como lo ha calificado Yanis Varoufakis, ha sido un voto valiente. Corresponderá al gobierno griego implementar la ruta posible del mandato popular y asumir los retos y las dificultades en estrecha comunicación y participación del pueblo.

miércoles, julio 08, 2015

La democracia venció el chantaje


 Por Rafael Hernández Bolívar

Cinco años de sometimiento a las recetas neoliberales de la troika condujeron a Grecia a la bancarrota, al sufrimiento del pueblo y a un engrosamiento colosal de la deuda externa. El Producto Interno Bruto disminuyó en un 25%, haciendo imposible el pago de la deuda y el sostenimiento del país.
Ante esta situación, Alexis Tsipras, Primer Ministro griego, planteó la necesidad de renegociar la deuda en términos de justicia que permitiera no sólo cubrir los compromisos sino también recuperar la economía y atender las necesidades básicas del pueblo. Sin embargo, tercamente, la troika rechazó los planteamientos del gobierno griego y exigió que Grecia continuara aplicando medidas tan perniciosas. Más aún, formuló un ultimátum en términos de que si no aplica las recetas establecidas suspendería las ayudas programadas.
En respuesta a este ultimátum, en una acción audaz, a la par que de gran responsabilidad histórica y sentido democrático, Tsipras convoca a un referendo en el cual el pueblo manifieste su voluntad de aceptar o rechazar las condiciones de la troika.
En una muestra descarada de intromisión en una consulta cuya decisión sólo le corresponde al pueblo griego, la troika suspende las conversaciones con el gobierno de Tsipras y corta el flujo de liquidez, obligando a cerrar los bancos. La población debió decidir en este escenario de angustia y de chantaje. Con toda razón, Yanis Varoufakis, dijo: “Lo que hacen con Grecia tiene un nombre: terrorismo”.
La derecha griega acentúa el terror. Los medios de comunicación privados despliegan una campaña histérica, pintando las catástrofes que caerán sobre Grecia si se atreve a desafiar el poder omnímodo de la troika. Exageran las dificultades ocasionadas por el cierre temporal de los bancos: Las colas, los pensionados que no pueden sacar dinero para comprar medicinas, etc. Presentan todo esto como un adelanto de las dificultades que se confrontarían si no se vota por el SI. 
Sin embargo, pudo más el pudor y la dignidad del pueblo griego. Superó el chantaje y el terrorismo económico y ejerció en las urnas su voluntad soberana de decidir su futuro.

domingo, julio 05, 2015

El pueblo griego decide su posición ante la troika


Rafael Hernández Bolívar

Los resultados del referendo establecerán la postura de rechazo o aceptación que asumirá el gobierno griego ante las exigencias leoninas del FMI, del BCE y de la CE.

La interpretación es clave
La verdadera discusión sobre el referendo griego girará en torno a la interpretación de sus resultados. En general, se admite que el gobierno del Primer Ministro Alexis Tsipras ha tomado la decisión de su convocatoria inspirado en un claro sentido de responsabilidad política y en un profundo espíritu democrático. 
La actitud obcecada de la troika pretendía arrinconar al gobierno surgido de las elecciones libres del pasado enero. Exigía que ese gobierno renunciara al claro mandato de renegociación de la deuda y, en su lugar, continuara aplicando los programas de austeridad que han empeorado la situación económica y social griegas. La política de recortes derivada de los contratos de cancelación de la deuda le está haciendo un terrible daño al país y lo han conducido a la bancarrota. En cinco años de aplicación de estas directrices, el PIB se ha reducido en un 25%, ha crecido la deuda de manera exorbitante y, para las generaciones presentes y futuras, se han hecho dramáticas las consecuencias derivadas de esta situación.
El gobierno ha solicitado la opinión al pueblo para darle fuerza a sus posturas en la mesa de negociación. Si gana el SI, el gobierno negociará sobre la base de la agenda establecida por la troika; esto es, procurar flexibilizar las condiciones y los plazos previamente acordados, pero cediendo en las exigencias de la troika. Si gana el NO significa que el gobierno de Tsipras rechazará rotundamente las exigencias de los representantes del FMI, BCE y CE y sostendrá la reestructuración de la deuda como punto de partida de las negociaciones.
En el referendo no se decide sobre la salida o no de Grecia de la Unión Europea. No se escoge entre continuar o no con el euro como moneda griega. Tampoco se decide la continuidad o no del gobierno de Tsipras. Sin embargo, la derecha internacional agrupada alrededor del neoliberalismo utilizará en forma acomodaticia los resultados. Si gana el SI intentarán aprovechar la victoria para intentar desalojar del poder a Syriza. En esa línea, Mariano Rajoy ha dicho que “sería bueno que ganara el SI”. Pero si el victorioso es el NO, la troika ignorará los resultados y continuará férreamente en sus exigencias de recortes y de los montos y plazos establecidos. Es decir, los resultados se respetan solo si son favorables a sus posiciones.

El oportunismo de la troika
La troika ha puesto al gobierno griego contra la espada y la pared, lo que ha obligado la convocatoria del referendo. Adicionalmente, también esos representantes que ejercen su cargo por decisiones burocráticas del FMI, BCE y CE, toman dos decisiones destinadas a influir en los resultados del referendo: 1) Bloquean el flujo de liquidez a Grecia hasta la realización del referendo y obliga de esta manera al gobierno a tomar la decisión de cerrar los bancos y restringir el uso de efectivo. 2) Se niegan a continuar las negociaciones con el gobierno griego hasta después del referendo. No porque estén dispuestos a acatar la decisión del pueblo sobre si acepta o no las condiciones leoninas que rigen las exigencias de pago de la deuda. En realidad, sea cual sea el resultado, esas condiciones las mantendrán inalterables. Lo que aspiran es a que los resultados las refrenden y que, a partir del lunes, las conversaciones continúen orientadas por sus exigencias. 

La política a gran escala
El gobierno griego surgido de las elecciones de enero de este año lucha por renegociar la deuda externa en condiciones de justicia que permitan no sólo honrar los compromisos de pago sino también la recuperación económica del país y alcanzar un digno nivel de bienestar social para el pueblo. En función de este objetivo, impulsó reuniones con el Eurogrupo (formado por los ministros de economía de 18 países europeos), cumplió con los compromisos previamente adquirido, nombró una Comisión Internacional sobre la Deuda Griega que estableció el origen y la legalidad o no de parte importante de esa deuda y formuló propuestas para iniciar conversaciones que condujeran a la reestructuración de la deuda.
Esta posición ha sido torpedeada y combatida frontalmente por el Fondo Monetario Internacional, el Banco Central Europeo y la Comisión Europea y, de manera más o menos velada, pero, no menos efectiva, por Alemania y Francia, secundada por otros países miembros de la Unión Europea. La razón de esta oposición rebasa el área económica, obedeciendo a intereses políticos de dominación dentro de la Unión Europea y de disuasión a los movimientos de cambio que irrumpen hoy en España y en otros países. 
El gobierno griego no ha hecho otra cosa que obedecer el mandato dado por el pueblo. Joseph Stiglitz advirtió con lucidez al momento de la victoria de Tsipras: “si Europa le dice no a la demanda de los votantes griegos en cuanto a cambio de rumbo, esta diciendo que la democracia no es importante”. Y es que precisamente lo que está en juego es si los gobiernos hacen lo que digan los representantes de los organismos financieros internacionales y no lo que mandata el pueblo.
Se ha planteado cobrarle a Grecia la rebeldía y con su humillación disuadir a otros de sus pretensiones de libertad y soberanía. Por eso, desde todo los rincones del mundo llegan mensajes de solidaridad. Hay mucho aliento democrático y reivindicación en la postura griega: “Asumimos hoy una responsabilidad histórica en favor de las luchas del pueblo helénico y de la protección de la democracia y de nuestra soberanía nacional… por las futuras generaciones, por la historia de los griegos… Por la soberanía y la dignidad de nuestro pueblo”, ha dicho Alexis Tsipras.