lunes, mayo 28, 2012

RCTV, fabricante de lágrimas



Por: Rafael Hernández Bolívar

Jorge Luis Borges, en su incomparable Historia universal de la infamia, hace un retrato de un bandido fabricante de lágrimas: "Yo lo vi a Lazarus Morell en el púlpito —anota el dueño de una casa de juego en Baton Rouge, Luisiana—, y escuché sus palabras edificantes y vi las lágrimas acudir a sus ojos. Yo sabía que era un adúltero, un ladrón de negros y un asesino en la faz del Señor, pero también mis ojos lloraron."

En la primera mitad del siglo XIX, John Murrell (el referente histórico de la narración de Borges), contaba sólo con su improvisado discurso para activar los resortes emocionales que dispararan las lágrimas de sus oyentes. Hoy, RCTV cuenta con numerosos y diversos recursos para el mismo fin. Sabe de la importancia de la iluminación, del enfoque de la cámara, de las imágenes en blanco y negro, del impacto de un escenario desolado, de la música in crescendo que acompaña la expectación de la primera lágrima, del manejo del silencio, de las tomas de primer plano de una mano temblorosa, de un pañuelo que enjuga las lágrimas, de una voz quebrada, etc., etc. La idea es centrar toda la atención en el drama personal de quien tenemos delante, sembrar la empatía que -esta es la gran trampa- despierte solidaridad con los dueños de RCTV, no con los trabajadores víctimas de estos empresarios irresponsables.

Y así como los cómplices del redentor Lazarus Morel robaban los caballos de los compungidos feligreses que escuchaban absortos las mágicas palabras del predicador Morell, hoy, Nelson Bustamante le arranca lágrimas a los ex trabajadores de RCTV para que los venezolanos no ocupen su atención en los verdaderos responsables: Quienes utilizaron un espacio público para el impulso de sus intereses económicos y políticos, violentando normas y principios, sacrificando la estabilidad de sus trabajadores. Quienes creando las condiciones para la no renovación de la concesión, pretenden salir indemnes de sus culpas y hacer responsables de las consecuencias  a quienes sólo han cumplido con su deber  de aplicar la ley.

sábado, mayo 19, 2012

¡Otra vez con los crespos hechos!



Por:  Rafael Hernández Bolívar

El titular impactante de primera página se quedó frío. El espacio reservado para ilustrarlo con una foto desgarradora, teñida de sangre y muerte, no apareció jamás. La noticia que recorrería el mundo dando la prueba fehaciente de un gobierno violador de los derechos humanos no llegó a las salas de redacción de la gran prensa. En su lugar, tuvieron que titular: Resuelta la situación de violencia. Incluso, los más renuentes, escribieron a regañadientes: “Conflicto en La Planta se resolvió parcialmente”.

En estos años, con algunos aciertos -y unos cuantos errores, es verdad-, se ha hecho un enorme esfuerzo por resolver el problema carcelario en Venezuela.  Y entre los aciertos hay uno indudable: Tener una visión integral del delito y del delincuente. Entender que éste, además de ser una persona que cometió un delito y debe pagar la pena que le han impuesto los tribunales, es un ser humano concreto producto de un sistema básicamente injusto que generó las circunstancias que lo hicieron delincuente,  lo procesó diferencialmente de acuerdo a sus recursos, le niega posibilidades de cumplir dignamente su castigo y rehacer su vida en términos de provecho para la sociedad y para sí mismo.

Visión que se ha hecho tangible en el manejo del conflicto. El gobierno ha mantenido firmeza en los objetivos y flexibilidad en las tácticas para lograrlos.  Aún al costo político de una ciudad colapsada, llena de zozobra e incomodidades. Hizo lo que tenía que hacer: Resolver el conflicto con un escrupuloso respeto a los derechos humanos.

La Ministro Iris Valera ha dado muestras de serenidad, coraje y entrega, ante una situación tensa y a punto de estallar. Asumió sus responsabilidades en la primera línea. Tomó cada decisión en un clima de reproches injustos e incomprensiones enfermizas de una oposición deseosa de quitarle la cabeza. Atendió las comprensibles angustias de los familiares de los privados de libertad, rechazó las exigencias descabelladas de cabecillas mafiosos y disuadió con el fruto de su trabajo la preocupación expectante de la población. Para orgullo de todos, Iris Valera se creció ante las dificultades.

Una vez más la canalla mediática ha tenido que guardarse la lengua. Los zamuros volaron en  círculos, inútilmente.

miércoles, mayo 09, 2012

Capriles Rajoy



Por: Rafael Hernández Bolívar

Los españoles están que se halan los pelos. Han sido engañados de una manera vil. Rajoy está haciendo todo lo que había prometido que no iba a hacer. Y para colmo tiene el descaro de decir: “si tengo que hacerlo, lo haré. Así haya dicho que no lo haría”.

En la campaña electoral se ocultó en frases ambiguas. Sólo generalidades. Cuando lograban arrinconarle; entonces, decía que no tocaría las partidas presupuestarias para educación, seguridad social y pensiones; que no aceptaría bancos malos en España y, en consecuencia, no tomaría dinero público para auxiliarlos; que no subiría el IVA ni implementaría el copago en la salud, etc. Pues bien, ahora hace lo contrario. Ha hecho recortes brutales a educación, ciencia y seguridad social. Los jubilados tienen ahora que pagar parte de sus medicinas. Toma ya iniciativas concretas para subir impuestos, rescatar la banca y salvaguardar los sagrados intereses del gran capital.

En Venezuela, pero con peor suerte; Capriles quiere aplicarnos la misma receta. Así como Rajoy ocultaba sus intenciones en la palabra “confianza” (España lo que necesita es confianza: para los inversores, para la juventud y para el futuro), Capriles quiere obnubilarnos con la palabra “progreso” (capital extranjero generando “progreso”,  emprendedores generando progreso). Al igual que el otro, no dice ni pío de su verdadero programa. Cuando las circunstancias lo obligan, habla de la necesidad de conservar las misiones, los programas de vivienda, el esfuerzo en educación y vuelve a las palabras burladero: Democracia, libertad, derecho.

Digo con peor suerte para Capriles porque los venezolanos hemos aprendido a descubrir las intenciones en las promesas. Y no podemos esperar nada de quien en su actuación política se ha identificado con los intereses contrarios a la mayoría del pueblo, intereses fusionados entre criollos y foráneos.

Aunque resulte cruel, vale la pena recordarles a los españoles el refrán: “¡Quien no usa la cabeza para pensar, usa el lomo para recibir...”.

miércoles, mayo 02, 2012

Revolcaron a Vargas Llosa



Por: Rafael Hernández Bolívar

Tarde o temprano, alguien de su propio cotarro tenía que desnudar el conjunto de sandeces e incoherencias que configuran el pretendido discurso democrático de Vargas Llosa. No ha necesitado la expresión cruda e inocente: El Rey está desnudo. Pero Gilles Lipovetsky lo ha hecho con elegancia sin par y despiadada ironía.

Mario Vargas Llosa ha devenido en improvisado filósofo de la cultura. La tesis elitista y peregrina que postula sólo puede augurarle nuevas derrotas en el plano de las ideas. En este nuevo rol, sostiene que “sólo el desarrollo de la alta cultura es el antídoto contra los totalitarismos”. Por eso convoca a los intelectuales a un papel activo en la defensa de la democracia, según él, amenazada hoy por el resurgimiento del movimiento revolucionario ante la crisis actual del capitalismo. Los representantes de la alta cultura –reclamando para sí el papel de sumo sacerdote- deben dar la gran batalla.

Todo esto dicho en ocasión de presentar su libro La civilización del espectáculo. Lipovetsky, filósofo francés que ha investigado sobre la cultura contemporánea e invitado de lujo para el evento,  no pudo, sin embargo, aguantarse. En una sola oración pulverizó la perorata vargasllosiana: La alta cultura no pudo impedir el nazismo.

Vargas Llosa lamenta el poco peso que tiene la alta cultura en nuestros días. Lipovesky riposta: “”La cultura de masas ha liberado al individuo de los megadiscursos. Los ciudadanos no siguen los dictados de las autoridades como antes, buscan el placer y el hedonsimo cultural, que los hace más felices”.

Por su parte, Vargas Llosa insiste en la literatura como fuente para la libertad. Testimonia que él descubrió la política leyendo al Ulisesde Joyce. De nuevo Lipovetsky, implacable, señala;  “Se puede vivir una vida perfectamente digna sin leer el Ulises”. Habla de las condiciones concretas de existencia del lector y reivindica la educación del pueblo por encima de los nombres de la alta cultura.

Un comentarista anónimo dice que el pecado es creer que Vargas Llosa habla de alta cultura cuando en realidad se refiere al asunto en que es experto: Alta costura y jet set.