viernes, octubre 26, 2007

"Candelita que se prenda… "

Por: Rafael Hernández Bolívar

Sectores radicalizados de la oposición quieren incendiar al país. Se estrujan el cerebro en busca de la palabra o el acto motivador que siembre en la gente el deseo de conflicto y el afán por romper los diques de la "pasión reprimida de los venezolanos por la justicia y la libertad". Programas de televisión, marchas, propagandas, entrevistas, etc. se han manifestado inútiles para los propósitos insurreccionales. Se requiere de más fuelle, de palabras y actos más audaces que los hasta ahora planificados por los dirigentes. "Candela que se prenda; candela que se apaga", ha dicho el gobierno. "Candela que se apaga; candela que se prenda", ha ripostado la oposición. En fin, se trata de armar un gran lío por el lío mismo.
El resultado es que se enrarece la discusión. La atención se centra en las escaramuzas y en los posibles moretones de las refriegas. Desesperados ante los fracasos consecutivos, los radicales se atreven a más y pueden generar en su desesperación situaciones peligrosas de consecuencias lamentables. Es una espiral que no debemos alimentar y, al contrario, debemos hacer todo el esfuerzo consciente para frenar y dominar. Caer en la violencia es renunciar a la discusión y esperar que la brutalidad de las agresiones resuelvan las diferencias.
Si caemos en la trampa, se olvida lo medular: Discutir a profundidad una proposición de Reforma Constitucional. Evaluar la trascendencia de los cambios propuestos y los caminos que se abren o no a la construcción de una sociedad más justa, más humana y más democrática que la que ha mostrado en su historia el capitalismo. Lo que se impone es generar espacios democráticos para la discusión y no caer en la provocación de los agitadores que asisten a los foros llevando la imagen del Ché Guevara con el logo de Globovisión.